martes, 19 de enero de 2021

La que escoge, no coge...


 Mi adicción a los puteros me ha llevado a gozar de verdaderas aventuras, antes de llegar a los 30 la mayoría de las veces, mi peso me llevaba a cohibirme de una manera preocupante, tenía una especie de batalla eterna con mi autoestima, hasta que descubrí que eso no era problema y que había gusto para todo, con el tiempo, me fui quitando la idea de muchas pendejadas en las que yo mismo creía , o me dejaba arrastrar, buscar el príncipe azul, enamorarme de una cogida, de una verga, de una cara, de una cartera, dejarme humillar, pensar como mujer, andar con casados, tolerar mentiras y demás basura.

Llegué a los 40 con pareja, no lo puedo negar, soy feliz, pero eso es un asunto aparte, jamás luche contra mi adicción, al contrario, aprendí a sobrellevarla, a irme amoldando a que las cosas fluyeran, y acerca de mi peso, después de chingarme la deliciosa y pecadora cantidad de 28 cabrones en un día en una vacación a Puerto Vallarta, donde el numero total de cabrones en 5 días de vacaciones que visitaron mi trasero fue de 67 vergas sin contar los orales, y pesando la adorable cantidad de 125 kilitos, me hizo pensar en que estar gordo no era impedimento, ese solo estaba en mi cabecita pendeja.

Después de eso y por motivos de salud, tuve que bajar a 95 kilos, en los que me he mantenido desde hace casi 15 años, me desmotivó un poco, por que perdí amantes a la misma velocidad que bajé de peso, así que me tuve que acomodar a otros gustos, y así encontrarle el gusto a los maduros y a algunos flacos que aunque pasaban de mi por estar gordibueno, iba encontrando a quienes así les agradaba.

Esa tarde, me dejé llevar por mis ganas, y aunque en el putero en cuestión me había ido bastante bien, incluso con chavitos que buscaban un madurito que mamara rico y como siempre lo he dicho " a una buena mamada le corresponde una buena cogida", han sido pocas las veces que me he ido en blanco.

Llevo a cuestas la maldición de que al wey que me gusta yo no le gusto, y así sucedió,estuve largo rato tras de un gordito moreno y vergón que desde hacía tiempo se me había antojado, y fue hasta que nos topamos en el cuarto obscuro que se dio, estando yo dentro, el cuate se acercó a mi, sin dejar de tocarse la  verga sobre el calzón, yo pensé que como en tantas otras ocasiones el wey iba a pasar de largo, pero esta vez se quedó parado junto a mi, mientras yo miraba a dos flacos coger como conejos, y el calentón que venía con la vista, hasta que sentí su mano en las nalgas, dejé que me toqueteara rico, incluso que metiera la mano dentro de mi bóxer y me recorriera la raya con los dedos, se bajó un poco el frente de su truza, para dejarme ver su verga que tantas veces se me había antojado, el wey estaba bien firmes, así que no me moví de mi sitio, sin ser para nada sutil, solo me tomó por la nuca, llevándome a su verga, y pues, ¿a quien le dan pan que llore?, se la comencé a mamar como los grandes, deseando que el innegable servicio de mi lengua lo convenciera para que me la metiera.

El cabroncito, acostumbrado a ser el punto de atención y a que muchos estuvieran tras el, al fin me dio el chance de gozarlo, se la mamé de la única forma que sé que lo convencería, y el correspondió empujándome la cara hasta el fondo, hasta sentir su verga tocar mi garganta, acompañada de la arcada que viene después, pero el puto no me dejó apartarme, le encantaba como me la comía toda, dedicándome varios " que rico la mamas puto!!","cometela toda cabrón!!" y demás piropos que se prestan en ese momento, mientras se acercaban a nosotros dos o tres, rodeándonos, o mejor dicho, rodeándolo, unos tocándole el pecho, otro más aventado lo comenzó a besar, y el le correspondió el beso, mientras yo estaba de rodillas, sintiendo una que otra verga rozándome la espalda y los hombros, mientras el wey me tenía mamando sin dejar de quitarme la mano de la nuca, para que se la siguiera mamando.

 Al mirar hacia arriba, pude ver como se dejaba besar por uno y luego por otro a ambos lados de nosotros, y alcancé a notar a un señor alto, de espaldota ancha, blanco, sabroso, que sin quitarse el bóxer estaba parado junto a nosotros también, un señor maduro, peludito, barbón, en sus cincuentas, que solo nos miraba, o más bien, me miraba mamarle la verga al chavo, mientras ya otro lamía su pecho, y otro lo besaba, y se fue acercando al grupo poco a poco, para recibir un muy ojete aventón del tipo al querer tocarlo, y así uno tras otro lo fueron empujando de forma culera, sin conseguir que nadie se interesara por el, el don solo se hizo a un lado, no sin antes que dejara que le pasara mi mano por el bultazo que escondía bajo el bóxer.

Uno más se puso audaz, y me levantó, mientras el cuate no dejaba que apartara mi boca de su pito, que sin ser tan grande, estaba grueson, el que me levantó, me bajó el bóxer, y después de entregármelo, se pegó a mi por detrás, dejándome sentir su verga en las nalgas, para que el otro cuate se hiciera hacia atrás, separándome de los demás, y así acercarse a los sillones que están dentro del cuarto, el clásico movimiento que es preámbulo a la cogida.

Al fin me pude liberar de la verga del tipo y recuperar un poco el aliento, sin sutileza alguna, me aventó al sillón, para quedar empinado sobre el mueble, con las piernas separadas, esperando su verga, pero no lo hizo, dejó que uno de los chavillos que lo estaban besando lo siguiera cachondeando, mientras yo estaba empinado, viendo como le empezaba a agarrar las nalgas, y sin más se hizo a un lado y también lo colocó de la misma forma, quedando empinado el otro junto a mi, hasta que se lo comenzó a coger, por un momento y con el ego herido, pensé en levantarme y salir, digo, el cabrón se fue con el otro, así que ya no le iba a insistir, y mirando al don, al que nadíe le hacia caso, y estando a punto de levantarme, se acercó a mi, acariciándome la espalda, nunca me tocó las nalgas, solo pasaba su mano recorriendo mi espalda, algo en mi me hizo esperar, imaginando una recompensa que tal vez no iba a tener y mirando al wey al que se la mamé cogerse a otro más, el don se acercó todavía más a mi, y ahora si, dejando que sus dedos se pasearan por mi culo, se puso un poco de saliva en ellos y comenzó a meter un dedo juguetón, sin ser tosco, despacio y lento, hasta que ya fue inevitable que llevara mi mano a su entrepierna, para darme cuenta de que poseía una vergota larga y gruesa, así que me quedé empinado, mientras el se quitaba el bóxer, dejando escapar un animalote delicioso, se subió al mueble para quedar de frente a mi cara sobre el respaldo del sillón, sujetando su verga firme frente a mi cara, neta, escuche un "no mames, que pinche pitote del viejito!" y yo, sabiéndome ganador, no lo iba a dejar ir, así que ni siquiera lo pensé, y comencé a mamar verga, pocas han sido las veces que no me cabe una verga en la boca, y esta era una de ellas, una verga un poco curva, firme y gruesa, que me metí hasta el fondo, dejando que mi garganta y sus espasmos lo apretaran un poco más, llegando hasta sus vellos, sintiendo su pubis en mis labios, que el recibió con un quejido de placer, mientras recorría su pitote con mi lengua, girándola en todas direcciones gozando su verga, la lamí por completo, de arriba a abajo tomándola con la mano, hasta llegar a sus huevotes grandes y pesados, lamiendo, mordiendo el saco que los contenía, el don temblaba de placer, pero se dejaba hacer lo que yo quería, lamí esos huevos y esa verga por un ratote, mientras veía su verga en mi mano, y la enorme parte que no me cabía en ella, una cabeza grande y brillosa, lubricada por su mismo liquido delicioso, que yo lamía con gusto y placer, el don solo me preguntó: -¿la quieres?- ni siquiera lo pensé y le dije que si.

El don se incorporó, mientras yo seguía con las nalgas empinadas apoyado en el sillón, me hizo poner la cara en el asiento, y tal cual " face down, ass up", se puso en cuclillas para chupar mi culo, me dio un lavado de cazuela que yo mismo no habría superado, me dejó ir una lengua ancha y juguetona recorrer todo mi agujero, lamíendo cada pliegue que lo rodea, me lamió los huevos por detrás, dedicándome unas ligeras mordidas en la entrepierna que ya me estaban haciendo volar, no sin dejar de meterme un dedo en el hoyo, hurgándolo de manera deliciosa,  ya dilatado, se puso de pie, y ya que tenía ensalivado el culo por su lengua, me la metió, separó un poco más mis piernas para quedar justo a su altura, y así, me la comenzó a dejar ir, despacio, poco a poco, moviéndose despacito, sabiendo que el calibre de su verga no era para nada fácil, y sin poder negar que al entrar me dolió cabrón, pero me aguanté, y dejé que la fuera metiendo más y más, hasta que la tuve por fin hasta el fondo, pude escuchar un comentario: "y si le cabe al pinche gordo?", no hizo caso, ni yo tampoco, el esperó a que me acostumbrara, y ya que lo había logrado, se comenzó a mover más rápido, para esto, algunos mirones de los que estaban viendo al otro cabrón coger, ya nos rodeaban mirando como me cogía, abriéndome las nalgas para que me entrara toda, y yo apretando lo más que podía las nalgas y el culo, para que no le fuera fácil dejarme por otro, su goce era sacármela y meterla de nuevo ya que mi hoyo recuperaba su forma, estaba gozando ese apretón al entrar en mi, hábilmente puso sus dedos dentro de mi culo abierto, abriéndolo mas, para que a la hora de entrar soltarme y dejarla ir toda, ya más rápido y más hondo, restregándome el pubis en las nalgas, y sus huevotes chocando en mi entrepierna, uno de los que se había cogido el otro wey se acercó a manera de quitarlo de mi para que se lo cogiera, pero el don respondió de la misma forma que lo hizo el tipo antes, y sin dejar de cogerme, lo empujó de forma tranquila a un lado, ni modo, recibes lo que das y tras varios intentos, mejor se movió, alguien más que estaba a mi lado me acercó su verga, por instinto, no le correspondí, pero el don se la agarró con la mano, y lo llevó a mi boca, no sin antes decirle: "que te la mame, pero este culo es solo mio!!"

Y tal cual, y ya con permiso, se la mamé al otro cuate, y a otro más que estaba a mi lado, mientras el don ya estaba más prendido, y aunque me la estaba dejando ir ya más duro, estaba gozando con la vista de verme mamar vergas, me comenzó a nalguear rico, primero con una mano, luego con las dos, gozando el apretón que seguía al golpe, y aunque me dolían el culo y las nalgas, yo seguía moviéndome a su ritmo, empujándome hasta que me entrara toda de golpe, quejándome rico, gimiendo por su cogidón, hasta que le apliqué el moverme de arriba a abajo apoyado en mis rodillas y mis piernas tensas, cosa que lo dejó seguirme gozando todavía más, uno de los que estaban a mi lado estaba a punto de terminar, pero el don le pidió que esperara para terminar juntos, me la sacó de la boca y se contuvo, esperando, así que aproveché para mamar al del otro lado, y por consiguiente, llevarlo a punto de terminar, se recorrieron para que se la mamara a otro, y otro más, hasta tenerlos a punto, el don solo exclamó: "ya casi, van!!", y así recibí una primera venida en mi boca, mientras sentía ya más cabrón los empujones del don, que comenzó a venirse dentro de mi, la primera verga fuera y venga la otra, que también terminó, uno más que se pajeaba rico en mi espalda y otro más que esperó a que ordeñara al anterior para terminar también en mi boca y mejillas, el don ni siquiera me la sacó, hasta que se acercó el wey al que se la había mamado primero poniéndose un condón, pero el don, todo un cabrón, lo empujó a un lado, sin dejar que se acercara, mientras yo me sacaba la verga del don con las piernas flojas y el inevitable chorro de mecos escurriendo por mis piernas, el tipo ya no supo que hacer, así que se movió a un lado, el don esperó a que mirara bien, y sin dejarme levantar, lamió todo el semen que me había dejado en el culo, chupando mi culo adolorido y dejándome gozar su lengua de nuevo.

Cogí con el don cuatro veces, las cuatro en una posición diferente, una mejor que otra, me gozó hasta que se cansó, y para ser alguien maduro, el señor gozaba de una increíble condición física mientras a mi me temblaban peor las piernas después de cada metida de verga,escuchamos un nuevo comentario: "no mames, que rico coge el don!!" entre cada palo, nos íbamos al baño a limpiarnos, y ya hecho, nos regresábamos al cuarto obscuro para que me la siguiera metiendo una y otra y otra vez, no sin antes ir bateando a cada uno de los que lo habían bateado, tal como lo habían hecho ellos, y aunque yo pensé que fue su forma de vengarse, el cabrón me cogía cada vez más rico, como para demostrarles que era un maestro, y aunque me dejaba mamar a uno que otro, salia otro comentarío: "pinche gordito, la mama chingón!!" mientras se acercaba a mi oído para decir: "que rico culo tienes, pinche gordito!!", no dejó que nadie más me la metiera, esa noche, y por cinco largas y deliciosas horas, solo fui para el y el para mi.

Dicen que la basura de uno es el tesoro de otro, yo me encontré un cofre lleno de placer, y todos los que lo rechazaron, tuvieron su merecido, ver como me cogía, esa envidia de la mala por el tremendo pito que tenía, y la forma tan magistral en la que me cogió.

Después de las cogidas, nos tomamos unas cervezas mientras platicamos por un rato, de Guadalajara, casado, con hijos, y aún así, y después de otro palo, intercambiamos números para volver a vernos en el mismo sitio dentro de un mes, solo la pandemia nos ha impedido vernos, pero en cuanto esto pase, sé que de nuevo voy a ser solo de el, y si se portan bien, de alguno más, ya les contaré!!....

Enano Perverrrssso

Enero 2021


      





viernes, 15 de enero de 2021

Besos de esos...


D
espués de preguntarme si le entraba a todo, y de haber tenido su verga en mi mano, supe que esa iba a ser una noche genial, nos encontramos en uno de tantos lugares de encuentro, el, delgado, alto, unas piernas largas y lampiñas, y aunque lo noté atontado, deduje el por que luego de ver a varios más que muchos metiéndose poppers, fumando mota, y los más echados a perder, inhalando mierda con el continuo flash de los encendedores, chingándose sus "Foco krispis".

Hasta ese momento, se me hizo raro que fuera yo al que se acercara, independientemente de que ya varios cogian en grupo y varios más en parejas, repartidos entre los cuatro cuartos "acondicionados", uno con dos camas, otro solo con dos colchones tirados en el piso, uno más con solo un sillón de placer y el último solo con un desmadrado sillón dónde se acostumbra coger, descansar, fumar, drogarse, etc.

Seguimos parados fajando entre la penumbra, ese delicioso gusto de adaptarse a la falta de luz y descubrir montones de gente cogiendo, abriendo las piernas, empinados, y la gozosa música que se genera entre el chocar de cuerpos, nalgadas y gemidos.

El cuate besaba muy bien, de los que te lamen el cuello, intentan morder, y demás, después de que hiciera dos intentos de ponerme de rodillas para mamar su trozote, que no me dejó concretar, pensé que solo iba a ser un faje, yo más que acostumbrado a esas sorpresas, le seguí el juego, no sin antes fijarme en un cuate que nos miraba recargado en la pared de enfrente, desnudo totalmente, acariciándose la verga, que se le iba parando poco a poco, a este maestro tampoco se le había escapado notarlo, así que con un gesto de la mano de mi galán en turno, el cuate se acercó a nosotros, el primero tomó mi cara entre sus manos y me besó, en lo que el segundo se ponía detrás mio, y me besaba el cuello, para esto los dos eran más altos que yo, el segundo era un poco más llenito, se notaba su pancita rica en mi espalda, mientras me besaba la nuca y el otro se inclinaba un poco para seguir mordiéndome el cuello, el segundo me tomó de los cabellos, echando mi cabeza hacia atrás, y entre los dos se repartían mi cuello, alternando los lados, yo que para este momento ya me hubiera quitado los calzones, seguía con ellos puestos, pero eso cambiaría en un momento.

El faje de tres seguía estando delicioso, pero por más que pegaba las nalgas a la verga numero dos, no conseguía que arrancara la acción, hasta que caí en cuenta que así les gustaba, y después de batear a dos o tres que se habían acercado para tocar o meterse entre los tres, sin conseguirlo, después de varios intentos y algunos necios más, nos fuimos hacía uno de los cuartos, donde solamente se encontraba una pareja cogiendo de lo lindo, me llevaron a la cama que estaba disponible, el tres se sentó en ella, dejándome de pie, mientras el uno me seguía besando, ya más entrado, unos besos de lengua deliciosos, me mordía los labios de vez en cuando, mientras yo sentía toda esa pasión rica, hasta que sentí como el tercero me bajaba el bóxer de un jalón, al agacharme para quitármelos por completo, quedé empinado hacia el, no me dejó levantarme, de inmediato sentí su cara entre mis nalgas, solo que al estar más chaparro que ellos, le costaba trabajo, así que se deslizó al filo de la cama, y poniéndose en cuclillas, comenzó a hurgar con su lengua mi culo ansioso de verga, el tipo todo un maestro lamia cada pliegue de mi culo, abriéndome de a poco las nalgas, raspándome con su poca barba, y haciéndome gozar, el primero me quitó el bóxer por completo, y yo, acostumbrado a ponerlo a modo de pulsera en mi muñeca para no perderlo, vi como era el el que se lo ponía en el cuello, se quitaba el suyo y se lo enredaba en la muñeca, dejando salir una verga bastante suculenta, el era más moreno que yo, y el otro, blanco, sin pensarlo más me metí su verga a la boca, y el se acercó más para que meterla hasta el fondo, la sentí llegar hasta mi garganta, no me la saqué, deje que me tomara por la nuca y me empujara hacia el, mientras el otro se deleitaba y me deleitaba el hoyo con su lengua, haciendo círculos alrededor del hoyo, y hasta siendo más audaz y llegar a mi entrepierna que lamía con placer, estuvimos así por un rato, y aunque yo intentaba gemir, no lo podía hacer por tener la verga del moreno hasta el fondo, así que solo dejaba escapar los gemidos ahogados, acompañados de los sonidos de gusto que el tercero dejaba salir.

De nuevo seguimos así por un rato, yo mamando verga mientras el otro seguía chupando mi culo, de repente, el que estaba en mis nalgas se levantó, y me puso sobre la cama, haciéndome ponerme boca arriba, con la variante de que ahora el se pasaba del otro lado de la cama, arrimándome su verga también de muy buen tamaño en la boca mientras se sentaba en mi cara, yo esperaba el momento clásico de sentir mis piernas abiertas, y lo tuve, solo que no recibí una verga, ahora era el moreno el que se metía entre mis piernas, llevando su lengua de mi culo a mis huevos, lamiéndolos por completo, como si fuera mi culo una enorme paleta de placer, abriéndome un poquito más las piernas para morder y lamer cada una de mis ingles, mientras yo temblaba de placer, sin dejar ni por un momento que se me escapara la verga que yo mamaba moviendo el cuello de arriba a abajo oliendo y esnifando el aroma de la entrepierna del wero, por un momento, me la saqué de la boca, y como pude le di una muestra de que yo también sabía mover la lengua, al sentirlo, se levantó un poco, se inclinó hacia adelante encima de mí, apoyado solo con una mano, y con la otra se abrió las nalgas, ni siquiera lo dudé, fui de inmediato a su culo rodeado de pelos, y que tenía esa rara mezcla de aroma a jabón y sudor que es embriagante, me posesioné de su culo, se lo lamí un chingo de veces, mientras el moreno hacía lo mismo conmigo, sin dejarme bajar las piernas, me las sostenía y yo hacía lo mismo, el wero se fué haciendo hacia adelante, sin dejar de poner el culo en mi cara, hasta que consiguió meterse mi verga en la boca, y sin más me la comenzó a mamar en un 69 delicioso, y yo recibiendo lengua en el culo también, si así estaba el comienzo, no me quería imaginar lo que seguía.

Seguimos mamando culo por un rato, era delicioso sentir las gotas de sudor del wero que le escurrían de la espalda recorriéndole las nalgas hasta llegar a mi cara, mientras yo me apoderaba de su verga en mi boca, atragantandome rico con ella, hasta que ya no sentí al moreno en mi culo, ahora el se ponía detrás del wero, que lo esperaba encima de mi y gozando del 69, vi como abría sus nalgas, y después de un salivazo, se la dejaba ir delicioso, el wero solo se detuvo por varios momentos para recibir al moreno, en lo que yo tenía su verga en la boca, y con una vista envidiable, pude ver como le entraba la verga del moreno hasta el fondo, hasta que por fin se costumbró al calibre, y la empezó a gozar bien rico.

Yo tenía las piernas colgando del otro lado de la cama, y no sé si me crean o no, pero por lo menos a mi, estos numerazos me ponen a mil, y aunque procuro no interrumpir, la mayoría de las veces me pasa que alguno más se anexa, y esta no iba a ser la excepción, dicen que de ver, se antoja, y si, a alguien mas se le antojó, cabe decir que ni siquiera lo vi, solo sentí unos dedos juguetones en mi culo, deslizándose rico hasta mi culo, ni siquiera me detuve a ver quien era, para el caso, era eso lo que me faltaba, ya tenía la verga del wero cogiéndome por la boca, y el sobre mi gozando un perfecto 69, acompañando su llegada a mi garganta con cada embestida que le propinaba el moreno, solo me faltaba otra buena verga para estar completo.

El nuevo me dejó sentir sus dedos, y el cabrón tuvo el merito de metermelos de uno por uno, uno, dos, luego tres, que ya me dejó ir más duro, abriéndome rico, los tres ni siquiera nos detuvimos, solo hasta que llegó en momento en que el nuevo me levantó las piernas y las puso en sus hombros, para metermela de chingadazo, sin piedad, me saqué la verga del wero para quejarme, pero de inmediato me la metió de nuevo, también sintiendo como el moreno se lo cogía mas duro y más profundo, nos detuvimos el wero y y yo para sacarnos la verga de nuestras bocas por un momento, para quejarnos rico, y al fin pude ver al que me la metía, un cuate en sus treintas, bigotón, de pecho peludo que me cogía hasta el fondo, el wero se quitó de encima de mi para acostarse también boca abajo, y quedar como yo, con las piernas abiertas junto a mi, para recibir al moreno, que le seguía dando duro, y el bigotón ya sin el peso de mi wero encima, aprovechó para abrirme las piernas, y jalarme al filo de la cama, moviéndose delicioso, y aunque por momentos me la metía durísimo, lo compenzaba moviendo de un lado a otro su verga dentro de mi, que gocé más que duro, gimiendo y quejándome por un momento, para dejarme llevar y pedirle varios: -más duro cabrón!!- sin dudarlo, el bigotón me lo concedió, y me la dejó ir más y más duro, chocando su pubis tapizado de pelos en mi entrepierna, y de nuevo, el factor sorpresa, el wero se levantó, se puso en cuatro sobre la cama junto a mi, ofreciéndole el culo al bigotón, y este, ni tardo ni perezoso, me la sacó para metersela al wero, yo pensé que ya se me había acabado la diversión, me quise levantar, pero el moreno no me dejó, me aventó hacia atrás, levantó mis piernas y me la metió sin esperar ni un momento, aunque ya tenía el culo bien dilatado por los movimientos del bigotón, el moreno la tenía más larga, así que también se sentía deliciosa, me tomó por las piernas, y me dobló ambas piernas cruzadas en su pecho, jalándome al filo de la cama, yo sentía como me estaba cogiendo el alma, era delicioso como hacía lo posible por acercarme su boca y besarme mientras yo sentía llegar su verga hasta el fondo de mi, y de nuevo vino un cambio, después de toquetearle el culo el bigotón al moreno, este también quiso su parte de verga, así que ahora era el moreno el que quedó empinado para recibir al bigotón, mientras yo descansaba mis piernas por solo un momento que no duró al ver al wero ponerse entre mi, abrirme de piernas, colocarlas igual que el bigotón, cruzadas en su pecho y comenzar a cogerme.

Ni siquiera recuerdo cuanto tiempo duramos cogiendo, solo recuerdo que por el wero, el moreno y por mi, pasamos los tres, por que despues de que me cogiera y despues me la mamara yo también me cogí al wero, lo empiné sobre la cama, hasta irme dejando caer sobre su espalda mojada por el sudor, solo moviéndome arriba y abajo dejándosela ir y aunque ya a ambos nos habían penetrado, seguia apretando rico, gozando mis ganas de coger, cuando sentí de nuevo una verga en mi culo, era un tipo nuevo el que se anexaba, flaco, alto, muy palido, de verga larga,que habilmente se había acostado también sobre mi, y que aprovechando que yo me cogía al wero, se acomodó para meter su verga, dejando que yo hiciera parte de la chamba, mientras este me cogía durisimo, gozando el golpeteo de su cuerpo contra el mio, y mientras el bigotón se paraba del lado de la cama frente al wero y yo, que nos alternábamos para mamar su verga, el moreno, se acomodó a manera de seguir lamiendo huevos y culos, era delicioso sentir su lengua en mi culo mientras seguía cogiendo, una lamida de huevos al wero, y también al nuevo, que supo recibir todo ese placer de tenerme abiertisimo, lo que aprovechó para meterme la verga, sujetarme con el brazo en mi cuello gozando nuestros quejidos, los jadeos de placer, ya para eso, el bigotón ya no aguantó la mamada doble que le dabamos el wero y yo, y terminó entre nuestras bocas y caras, el nuevo esperó a que terminara y con los dedos iba llevando los mecos de nuestras mejillas a nuestras bocas, mientras se los lamiamos de gusto, yo terminé dentro del wero, y el nuevo dentro de mi, y el moreno....ese cabrón espero las dos venidas hasta que las sacamos, para lamer todo el semen que había quedado fuera, no le importó que estuvieramos sensibles por las venidas, lamió mi verga, la del nuevo, mi culo y el del wero, chupando cada gota de mecos que nos habíamos regalado.

A veces es cuestión de suerte, a veces es cosa de que se junten las calenturas, algunos me preguntan los sitios que frecuento, en este caso, solo tuve dos o tres experiencias buenas, fué en un lugar que estaba por la colonia álamos, y que se promocionaba como el verdugo, que pasó de ser un lugar de sexo rudo a ser la cueva para chacales más ávidos de vicio que de sexo, cada quién sus adicciones, en mi caso, soy más adicto al sexo que a ponerme idiota con algo que no me va a permitir gozar, ni que me gocen como me gusta.

 
Enano perverrrssso
Enero 2021


 

martes, 5 de enero de 2021

Valiéndote madre


No es el lugar perfecto para encontrar lo que te gusta, y aunque odias reconocerlo, descubriste hace un tiempo tu gusto por los gordos, nada de carne de más ni grandes panzas, lo tuyo es algo término medio, un putito pasado de peso, alguna Michelin en la cintura, y unas nalgas ricas, siendo más selectivo, un buen culo que te apriete la verga rico y que se deje hacer lo que tu desees, siempre pensaste que eras un caso raro, con tu tipo de cuerpo podrías tener al cabrón que quisieras, tienes un buen cuerpo, alguien muy guapo, en el lugar, abundan los chavitos, chacales, pero en su mayoría y para tu descontento, esos putos no te llaman la atención, es más, lo has intentado y ni siquiera se te para, ni pedo, ni drogado, no, no resulta igual, te gustan esas nalguitas redondas, esas piernas sabrosas recargadas en tus hombros, pero sabes que tienes un problema, te gusta dominar de más.

Para variar, la horda de putos flacos que no toleras, después de desnudarte y quedarte solo con tu suspensorio de la suerte, pides y te tomas una cerveza con calma, enciendes un cigarro y esperas, mientras discretamente observas a tu alrededor, la mayoría chavos muy jóvenes en un ir y venir de los cuartos al baño o a la barra, encuentras algunas miradas en ti, es imposible no caer en cuenta que te miran, uno que otro más audaz se pasa la lengua por los labios, uno que otro por ahí que se encuentra acompañado susurra discretamente algo a su acompañante, no haces caso, sigues disfrutando tu cerveza y el humo del cigarro consigue calmar tu ansiedad, uno más aventado se acerca y te pregunta si se puede sentar, delgado, guapo, muy afeminado, no, respondes, y el tipo se va.

Ves pasar a un gordito, guapo, un cachorro de oso, de buena sonrisa, ya chingué piensas para ti, te es imposible voltear a mirarlo, pero la vista de su trasero no te gusta, mucha espalda, mucha pierna, pero nada de nalgas, no, no era él.

Terminas tu cigarro a la par de tu cerveza, no eres cualquier gato, así que rebelándote a la mala educación de los demás, tiras tu lata en el cesto de basura, apagas tu cigarro y haces lo mismo con la colilla, te molestan estos tipos que piensan que un cover te libera de ser educado o limpio.

Caminas hacia el fondo, el lugar tiene varios pasillos, cuartos y lugares donde esta fauna se divierte, pasas al primer cuarto, el infaltable cuarto con algunos muebles colocados para cumplir con su función de ser el lugar donde se va a coger, solo hay dos parejas y uno que otro solitario jugando con sus vergas, ni siquiera uno solo se acerca a tu gusto, son guapos algunos, no se puede negar, pero tu buscas otra cosa.

Entra uno más y se acerca a ti, de forma nada sutil, pasa su mano por tu verga, lo evades, insiste, le quitas la mano, y sales del cuarto, alcanzas a escuchar un -pinche mono mamón- no haces caso y te diriges a otro de los cuartos.

Así en uno y otro y otro más, el último es más insoportable, cabrones cogiendo y mamando sin freno, altos, guapos de buenas vergas y de culos sensacionales, pero ninguno tiene lo que tu buscas, te quitas como puedes manos de la verga y de las nalgas, al abrirte paso entre ellos, mientras te acostumbras a la oscuridad del cuarto, ves al osito que llamó tu atención hace un rato, empinado en el rincón, recibiendo verga de un flaco que se lo coge por algunos minutos, para después sacarle la verga y dejarlo empinado para irse tras de otro flaco que se empina al verlo, el oso te observa y se empina ofreciéndote su culo, puede ser lo único que tengas hoy, así que te acercas, el tipo se empina, pero no te gusta así, te acercas, y lo levantas, lo acercas a ti, y le besas el cuello, el oso se deja hacer, te deja que le recorras el cuello con la lengua, pero a ti te gusta el juego bien llevado, te gusta fajar, besar, acariciar, que te la mamen, que se ganen tu verga con una buena lengua, el oso se acerca a tu oído solo para decirte -métemela!!-...valió madre, se le acabó el poco encanto, lo dejas así como está, no, tampoco es el, ni pedo, así que te sales del cuarto.

Regresas a la mesa que tenías cuando llegaste, pasa el mal momento con el primer trago de cerveza y la calada de cigarro, no quieres que esta sea una de esas noches en que te coges a un flaco solo para descargar, y sabes que podría ser, una vez más coger sin ganas, o dejar que algún otro te la mame en el cuarto obscuro hasta que te vengas y aprovechando la falta de visión, cerrar los ojos para medio disfrutar y para imaginarte un gordito lindo mamándote rico.

El lugar está a medias, siguen yendo y viniendo cuates con la verga parada que acaban de coger, o se los acaban de coger, ves salir a un don ya maduro enfundado en su arnés cruzado sobre su pecho peludo, caminar desnudo hacia el baño, sin cubrir su enorme verga chorreando, camina sin pedos en la cabeza pero no te gustan tan grandes ni tan musculosos, y aunque tiene buena nalga, te contienes, lo único que podrían tener en común es que les gusta rudo, pero nada más.

Sigues bebiendo tu cerveza, después de un rato miras pasar de nuevo al leather hacia los cuartos, si estuviera un poco más joven o más gordo te lo cogerías sin dudarlo, pero no, tampoco es él.

Hasta que te saca de tus pensamientos ver a un gordito moreno, no muy alto, un metro setenta tal vez, saluda a los de la barra, se desnuda, lo ves quitarse el pantalón, y quedarse solo en bóxer y playera, por más que intentas verle el culo, no lo consigues, solo esperas a que pase para mirarlo, deseando un culito grande y redondo, hay poca luz, y eso no ayuda para que puedas checar que tenga lo que tú quieres, un pendejo se acerca a tu mesa para pedirte lumbre justo cuando el gordito pasa algunas mesas lejos de ti, le das el encendedor al tipo que se hace wey en una especie de coqueteo pendejo, no lo pelas, solo volteas para ver a tu gordo, pero no lo consigues, ni siquiera le respondes al tipo cuando te pregunta si estás solo, te bebes la cerveza de un jalón, y vas tras él.

Te metes al primer cuarto, lo buscas con la mirada, no está ahí, de nuevo uno o dos se acercan con tus mismas ansias hacia ti, te sales, y vas al cuarto al final del pasillo, ves a algunos arrodillados mamando vergas, uno que otro cogiendo, pero tampoco lo ves, te sales como puedes, y ahora te vas al tercer cuarto, el enorme cuarto obscuro, escuchas el concierto de gemidos que se está llevando a cabo, te recorres de nueva cuenta el cuarto, buscando al gordo, incluso llegas hasta donde está el oso, que sigue empinado esperando que alguien le meta la verga, al verte llegar de nuevo, se empina ofreciéndote sus escasas nalgas, no mi cabrón, no eres tú, pasas del oso y te sales ahora para buscarlo entre los pasillos de los cuartitos privados, con la idea de que acá si lo vas a encontrar, recorres uno, dos, te encuentras con puertas cerradas y gemidos ahogados de los que se encuentran dentro cogiendo o dejándose coger, sales al pasillo del fondo, y lo ves, pero no está solo. 

Esto era justo lo que no esperabas, lo ves agarrándole la verga al leather por encima del suspensorio, aquel, recargado en la pared se deja tocar, sientes culero cuando ves a tu gordo arrodillarse y sacar esa gran verga del jockstrap, solo puedes ver como mama, te clavas en su espalda, y alcanzas a mirar ese culito rico, no tan grande como te gustan, pero bastante aceptable para tus gustos, como se marcan sus nalgas estirando la tela de su bóxer, sus piernas que se ven lisas y ricas y que te mueres por recorrer, hasta que se levanta y deja que el leather se lo lleve a uno de los privados, no alcanzas a llegar antes de que cierren la puerta.

Mierda! si no hubieras perdido tiempo con el pendejo del cigarro!! o si no te hubieras recorrido el pinche cuarto obscuro y te hubieras detenido a ver al oso!!, te hubieras acercado cuando estaba mamando y le hubieras acercado tu verga para que también te la mamara, chingada madre!!.

Esperas por un momento, parado en la esquina de los pasillos, escuchas gemidos, unas nalgadas, y deseas que no sea el puto leather el que se lo esté cogiendo, quieres, deseas ser tú el que le abra el culo, el que lo dilate con la lengua, quieres ser tú el que le meta el dedo para hacerlo gemir de placer, quieres ser tú el que se la deje ir toda, quieres ser tú el que le meta su primera verga de la noche.

Sigues esperando por un largo tiempo mientras sigues pensando y atormentándote con una y mil pendejadas, pero no los ves salir, puta madre, y ya quieres mear!!, ni pedo, tendrás que esperar y aguantarte las ganas de ser el primero, ni pedo, así que te vas en chinga al baño, al llegar, va saliendo el leather como si nada, pasa junto a ti y te sonrié, como si fuera un pinche chiste el haberse cogido a tu gordo.

Orinas de prisa, y te vas de nuevo a donde estaba el gordito, al llegar, el privado donde se metió con el leather está vacío, así que renuevas tu búsqueda, vas buscando de nuevo por los pasillos, puertas cerradas, uno que otro cabrón dentro de los cuartos, desnudos, algunos haciéndose chaquetas, otros sentados con las piernas abiertas mostrando el culo para que se le antoje a alguno que quiera coger, pero no encuentras a este puto gordo!!

En el último pasillo, que tiene menos luz que los otros, ves a algunos que no aguantan las ganas coger parados, pasa a través de cuerpos y de tipos empinados que abren la boca al verte pasar, y en el último de los cuartos encuentras a tu ángel, lo ves sentado, solo un poco asomado, esperando alguna verga, todos pasan de él, mejor para ti, si supieran que rico se sienten esas nalgas, ni siquiera lo imaginan, mejor para ti, así que comienza el juego.

Te acercas, y te paras justo frente a su cuarto que tiene abierta un poco la puerta, lo observas, ves como levanta la cara para mirarte el también, pocos segundos después sigue mirando al frente, esperando, así que te comienzas a tocar, acaricias tu verga, lo nota, dejas que se deleite, pero para que se le antoje más, metes la mano dentro de tu suspensorio y sigues con las caricias, tu verga se va parando, esos 21 centímetros de largo y algunos de ancho comienzan a cobrar vida, observas como de nuevo dirige su mirada hacia ti, hacia tu verga, y ahora sí, lo miras fijamente, sabes que no se va a poder resistir, hasta que el gordito se levanta, piensas por un momento que se va a ir, pero solo es para bajarse el bóxer y quitárselo, lo observas quitarse también la playera  mientras recorres con la vista su cuerpo desnudo, no pasan ni 10 segundos hasta que te toma de la mano para hacerte pasar.

Ni siquiera dejas que cierre la puerta, te acercas a él, no es guapo, pero tampoco está tan mal, lo abrazas, acercas tu cuerpo al de él, le besas el cuello, él se deja hacer, le lames el cuello, sientes su cuerpo tenso, dejándose llevar, dejas ir tus manos a sus nalgas, un culo más o menos grande, no tan tonificado como quisieras, pero te basta, acercas tu cara a la de él, lo besas, él te responde, acaricias su cabello, muerdes su cuello, él te sigue dejando hacer lo que quieras, te agachas un poco para morder sus tetillas, primero una y luego la otra, levantas uno de sus brazos para lengüetear su axila, huele rico, lo volteas, y aunque al inclinarse acerca sus nalgas a tu verga, lo haces esperar, lamiendo su espalda, de la nuca a la cadera, te detienes a morder una deliciosa llantita que se le forma antes de llegar a sus nalgas, lo empinas, -ábrete las nalgas!!- le dices, el gordo obedece, abre sus nalgas con las manos, lo haces que se empine más, ves ese culito redondo y rosadito, extrañamente cerrado después de que se lo cogiera el leather, y sin que te importe encontrar el sabor de otra verga, comienzas a lamer su culo, dejas que tu lengua lo recorra por todos lados, esos pliegues deliciosos alrededor de su tremendo agujero, el gordo gime, le gusta, - ábrete más!!- le ordenas, de nuevo te obedece, sujeta sus nalgas con ambas manos, dejándote ver y disfrutar y lamer ese hoyito rico, jalas con los labios algunos pelitos, le gusta, tiembla, lo haces de nuevo, lanzas un escupitajo a su deliciosos culo, le pasas la barba por toda la raya, por el culo, sientes como tiemblan sus piernas, vas de nuevo más allá, le escupes el culo de nuevo, el gordo esperaba tu lengua, pero ahora es uno de tus dedos el que lo hace gozar, no lo haces como te gusta, quieres que se vaya acostumbrando a lo que le espera, así que le metes el dedo solo un poco, ese ir deslizando el dedo hasta llegar solo un poco adentro, ya llegará el momento de dejárselo ir de putazo, así que lo haces gozar, metiéndoselo y sacándolo despacio, sientes como aprieta, así que le metes uno más, primero despacio, lo dilatas poco a poco, dejas que sienta rico, sientes como ese hoyito rico se contrae, y sigue apretando, -te gusta??- le preguntas, responde que si entre jadeos, sabes que quieres más, pero también es momento de probar su boquita, lo levantas y de nuevo lo acercas hacia ti, lo besas de nuevo, como si supiera lo que quieres que haga se pone de rodillas frente a ti, liberas tu verga del suspensorio, lo dejas mirar tu verga enorme, al mirar hacia abajo encuentras su mirada, lo ves pasar saliva y meterse tu verga en la boca.

El gordito se aplica, mama bastante rico, sientes como se lleva tu verga hasta el fondo, sientes esa lengua deliciosa recorrer tu verga dentro de su boca, no puedes negar que te gusta, esa boquita por si sola valió la pena de tanto estarlo buscando, pero no se te olvida que se la mamó primero al ruco del suspensorio, así que se la sacas de la boca y le propinas un bofetón!!.

El gordo te mira desconcertado, sin levantarse, te espera, aunque hay poca luz, distingues como se le llenan de agua los ojos, tomas tu verga y lo golpeas con ella las mejillas, el espera con la boca abierta, se aguanta, -sigue mamando!!- le ordenas, no lo duda, te la sigue chupando rico, y hasta se esmera más, se la mete toda o casi toda, así que le ayudas agarrándolo por los cabellos y empujándole la cara hasta el fondo, sientes como se ahoga, sientes, gozas esa arcada que anuncia que tu vergota le llegó a la garganta, pero no lo sueltas, el puto se quiere zafar, pero lo tomas de los cabellos y lo empujas más duro, y más cuando se quiere resistir, ni pedo, le tienes que enseñar que eres tú el que manda, unos cuantos ahogos más y lo dejas sacarte tu verga, lo miras, y ves su cara y sus ojos con algunas lágrimas, esperas solo un poco, porque al fin le vas a dar su premio, -ponte en cuatro!!- él te mira extrañado, pero ya se acabó el momento del faje, no le vas a dar romance, le vas a dar verga, -vas puto!!- le dices de nuevo, él se empina frente a ti, -ábrete el culo- le ordenas, -¿ya te cogieron?, le preguntas, el gordito solo responde que no, y no piensas, actúas, y le propinas una nalgada con las dos manos al mismo tiempo, por reflejo, se suelta las nalgas y se arquea se queja, te regala un !ay! de dolor, trata de incorporarse, y lo avientas hacia el frente-¿te dije que te levantaras?-, no, responde, -ábrete el culo- le ordenas de nuevo, el gordo tiembla, pero lo hace, -seguro que no me voy a encontrar mecos en ese pinche culito, cabrón?- le preguntas, de nuevo dice no, le repites la dosis, otra nalgada, y de nuevo se suelta, así que le explicas como te gusta, -mira cabróncito, si te vuelves a dejar de abrirte el culo, te voy a dar no una, te voy a reventar, te voy a dar dos pinches nalgadotas, así que tú dices!!, recibes un temeroso ok por respuesta, pero quieres que quede claro, esperas a que se empine y se abra de nuevo, lo miras, te tiene miedo, y eso te gusta, te acercas el, le escupes el culo, y se la metes poquito, el gordo se queja, así que se la sacas, esperas un momento, -¿si la aguantas? - le preguntas, creo, responde, no es la respuesta que esperabas, así que le das de nuevo dos duras palmadas en las nalgas, el gordo de suelta de nuevo, -¿en qué quedamos?- le dices, así que sin necesidad de repetírselo, se abre las nalgas, solo para recibir otra nalgada, solo que esta vez, ya no se suelta las nalgas, se aguanta, pinche gordo, quiere verga a como dé lugar, pues bueno, es hora de reventarle el culo!!

Te acomodas detrás de él, le escupes de nuevo ese hoyito rico y le preguntas ahora, -seguro que la aguantas?, el responde que sí, dejas caer un poco de saliva en tu verga, y se la pones en su agujero rico y calientito, no lo piensas, te vale madre si le duele, se la metes toda de un jalón, escuchas el -arggggggh- que te prende de cero a mil, se la quiere sacar pero ya te aseguraste de que eso no pase agarrándolo por la cintura, lo bueno de que esté chaparro es que lo puedes sujetar mejor, así que lo detienes con tus brazos en su cintura, solo sientes como te recibe dentro, ese culo caliente y delicioso, sientes como tiemblan sus piernas y sus tobillos, así que lo abres más, te aseguras de que no quede nada de tu verga fuera, el putito ya aguanto lo más leve, así que le das chance de que se acostumbre al dolor, y lo recompensas metiéndosela de nuevo de un jalón, gime de nuevo, se queja, y se queja rico, le duele, pero le encanta, y a ti más, sientes ese culito apretar cada que se la metes hasta el fondo, vale madre que tenga mecos dentro, y si es así, es el mejor lubricante que pudieras podido desear, el momento se rompe cuando se suelta las nalgas para recargar las manos en la pared, así que lo tomas por el cabello para que le entre toda, y va mejor, porque sus nalguitas aprietan por dentro y por fuera, lo jalas hacia ti, le hundes toda la verga, lo sientes rico, sientes como se va aflojando, así que le vas dando una que otra nalgada rica en ambas nalgas, te prende más ver esas dos manchas rojas en sus nalgas que marcan tus golpes, mientras sientes ese apretar con cada nalgada, sientes como le llega hasta el fondo, escuchas ese golpeteo de tu cuerpo contra el de él, y te deleitas y viajas con sus gemidos, sientes como le duele de verdad, no es como los otros putos que te has cogido que comienzan a quejarse como si estuvieran filmando porno, a este pinche gordito le está doliendo de verdad, pero también la está gozando no ha dejado de moverse, y aunque el puto se ha querido zafar, la sigue disfrutando.

Te vas cansando, y el gordo también, sientes su sudor en su cuerpo gordo, tiene mojada la espalda, las piernas, las nalgas, tiene el cabello mojado por el sudor y tú también, así que es momento de parar un poco, se la sacas, el puto decía la verdad, se la sacas limpia, lo dejas que se incorpore, se sienta en uno de los cubos del cuartito, y  solo niega con la cabeza, no le permites que dude, así que le metes tu verga a la boca, no lo duda, y comienza a mamar de nuevo, el aire dentro del cuarto ya te asfixia, así que abres la puerta, ves pasar a uno que otro que mira dentro, alguno se detiene a ver cómo te la mama el gordo, juegas con ellos, al sacársela y en cuanto se arriman, lo detienes para que veas como lo tomas de los cabellos, que vean como lo dominas jalándole las greñas y llevándolo a donde tú quieres, lo haces lamerte los huevos, nada que quieras compartir, así que mejor se mueven, hasta que llega el don del arnés, el gordo estaba entretenido chupándote los huevos, y en ese preciso momento, levantó la vista para ver al don, te das cuenta, no lo hubiera hecho, lo separas solo un poquito de ti, y le das una llamada de atención al propinarle un bofetón, no tiene por qué ver otra verga que no sea la tuya, inevitablemente el don se comienza a prender, y se queda parado en la puerta, dándose cariño, pinche viejillo, también quiere chingarse al gordo!!, lo sigues mirando, y cuando notas que de nuevo el gordo lo mira,  lo abofeteas, esta última lo aturde un poco, pero solo así va a aprender, hasta que el don interrumpe la escena -¿me invitas a jugar?, pregunta, -no sé si él quiera, respondes- el gordo sigue mamando sin levantar la vista, así que se la sacas de nuevo, y le preguntas ¿como ves?, el gordo mira al don y solo responde -como tú quieras-, lo tomas de los cabellos y le das otro cachetadón, -te preguntaron a ti, sí o no?, el gordo responde que sí, así que le das uno más, le levantas la cara mientras le dices- esa fue por puto!!- vámonos a un cuarto más grande. 

Tomas la ropa del gordo, y sales detrás de él, el don va primero, logran encontrar un cuarto más grande, se mete primero, tu detrás del gordo, así que lo empujas dentro, lo ves pararse entre los dos mientras espera a que cierres la puerta, -¿ya te lo cogiste? te pregunta el don, le respondes que sí, el que lleva el mando eres tú, así que haces que el gordo se empine y le metes tu verga a la boca, el don se queda mirándolos, el gordo empinado mamando tu verga, tiene una de esas bocas deliciosas que saben lo que hacen, y aunque sabe que tú eres el chingón, se inclina a mamarle el culo a tu gordo, le ordenas que se abra las nalgas, el puto gordo ya se la sabe, así que te obedece en chinga, así que te tendrás que ingeniar algo nuevo para prenderte de nuevo, enredas tus dedos en el cabello del gordo para empujársela toda de nuevo, el jalón hace que se levante un poco, se la sacas, y le das una palmada en la espalda, -¿te dije que pararas?  le preguntas, el gordo se saca tu verga de la boca y dice -no-, entonces?, y ahora es el don el que lo nalguea con las dos manos, -tiene que aprender el puto- dice, mientras continúa chupándole el culo, el gordo sigue mamando, ahogándose un poco de vez en cuando, pero nada que no remedie un pinche jalón de greñas, sientes las inevitables ganas de volvérsela a meter, así que lo levantas, te sientas en una de las bancas, y lo dejas ver toda tu verga perfecta, -siéntate- le ordenas, el gordo obedece, ya está bien ensalivado su culo, así que es más fácil, el don espera recargado en la puerta, espera a que le entre toda, los observa, y se deleita mirando como el gordo sube y baja flexionando las rodillas, dejándose ir para recibir hasta el último centímetro de pito, te levantas, para que el gordo quede empinado, el don entiende y se acerca a tu puto, sin dudar, le mete la verga a la boca, espera un poco, se la saca de la boca y lo abofetea, mientras le repite tu lección -por puto!!- le dice, espera de nuevo, y se la mete de nuevo, pones tus dedos en las comisuras de su boca obligándolo a abrirla más, mientras lo empujas de atrás hacia adelante, lo tienes completamente ensartado, no hay nada más sensacional que un culo apretando de dolor, de excitación, sientes esas pinches nalgas gordas subir y bajar por completo tu verga rica, lo haces sentir cada pinche centímetro de tu pitote, y también es inevitable el mirar la verga del don, un poco más chica, pero más gruesa que la tuya, así que le preguntas -¿te lo quieres chingar? , el don responde que sí, se la sacas al gordo, mitad para ver como se lo coge el don, y mitad para descansar, el Don acuesta a tu wey boca arriba en la banca, lo abre de piernas, le escupe el culo y se la deja ir, de nuevo escuchas ese quejido deliciosos de dolor, y como tú, tampoco lo deja zafarse, se la mete toda de un jalón, lo hace gritar de dolor, la tiene más gruesa, y se está chingando a tu funda, se lo coge rico, duro, duro, duro, se escucha rico como golpetean las nalgas de tu gordo, ves como lo empuja lo más que puede a la pared doblándolo, el pinche gordo se queja más y más, gime y hasta crees oírlo llorar, pero valiéndote madre, lo dejas que se lo coja rico, el don te dice -hace rato nomás me la mamo, no quiso que se la metiera, pero mira ahorita, ya lo dejaste bien abierto!- -¿está rico el piche gordo, verdad?-, -neta que si- responde el don, -aprieta chingón!!- los dos platicando a toda madre mientras el gordito la aguanta adentro, el don se la saca mientras te dice, -vas!!- ni lo piensas, no se acaba de quitar cuando haces que el gordo te reciba de nuevo igual, te abres paso entre sus piernas abiertas, que te encargas de abrir más, haces que le duelan, se las abres lo más que puedes, y lo más que dan, estiras hasta que le duela, ves ese culito abierto de par en par, ves como rebotan sus nalguitas en ti, haces que sienta cada choque de tu cuerpo, -aguanta!!- dice el don, tu esperas, y el don empuja la banca al centro del cuarto, ya te lo puedes coger, mientras se la mama al don, y así pasa, lo haces mamar rico y sentir tu verga, sientes como chorrea algo del culo del gordo, pero de nuevo, valiéndote madre, te importa poco sacarle la mierda, lo que quieres es partirlo en dos, que sienta dos vergas ricas y grandes, lo que quieres es rellenarlo de mocos, se los quieres dejar dentro, ya casi sientes que terminas, y el don también, ninguno de los dos se detiene, los dos gruñen a punto de venirse, tú se lo detienes al don para que termine en su boca, mientras el don le agarra las piernas para que termines dentro y para que se trague sus mecos.

El don se asegura de dejarle hasta la última gota de mecos en la boca, el gordo quiere escupir, ninguno de los dos lo deja, le dan cada uno una cachetada para que se los trague, y lo haces que se ponga de rodillas para que lama de tu pito todos tus mecos también, el pinche gordito aprende rápido y obedece, lo hace, mama y lame las dos vergas, sientes como tiembla, el don sale primero, con la verga limpia, tú te incorporas, ves a tu gordito de rodillas en el piso, no puedes negar que hasta te da ternura, valiéndote madre, te regresas, lo le ayudas a levantarse, le pasas una mano entre las nalgas, y aunque sientes mojado, le das un beso y una cachetadita de agradecimiento, -te rifaste chido gordito cabrón!!, te sales y lo dejas ahí.

Te vas al baño, caminas exhibiendo tu verga todavía parada y chorreando como tantos otros que viste a lo largo de la noche, en el baño, el don se está limpiando, mientras esperas, no has querido ver tu mano para no sentir el asco de haberle sacado la mierda, raro, solo sientes mojado, el don te sonríe, te pregunta si te vas a lavar, miras tu mano de nuevo, -yo pensé que le habíamos sacado la mierda!!- el don te sonríe de nuevo, -no era eso, es humedad, al pinche gordito le encantó!!, se mojó cabrón, la humedad no miente, el puto estaba volando!!- esperas a que el Don  salga del baño, sientes un inevitable deseo de oler tu mano, lo piensas por un momento, te acercas un poco tu mano a la nariz, te gusta el aroma, lo aspiras con los ojos cerrados, no te lavas esa mano, conservas ese aroma a sexo, a verga, a culo penetrado, te vas a tu departamento, y te duermes acercando tu mano a la nariz, quien lo diría?, encontraste una nueva droga.

Enano perverrrssso

Enero 2021