Mi adicción a los puteros me ha llevado a gozar de verdaderas aventuras, antes de llegar a los 30 la mayoría de las veces, mi peso me llevaba a cohibirme de una manera preocupante, tenía una especie de batalla eterna con mi autoestima, hasta que descubrí que eso no era problema y que había gusto para todo, con el tiempo, me fui quitando la idea de muchas pendejadas en las que yo mismo creía , o me dejaba arrastrar, buscar el príncipe azul, enamorarme de una cogida, de una verga, de una cara, de una cartera, dejarme humillar, pensar como mujer, andar con casados, tolerar mentiras y demás basura.
Llegué a los 40 con pareja, no lo puedo negar, soy feliz, pero eso es un asunto aparte, jamás luche contra mi adicción, al contrario, aprendí a sobrellevarla, a irme amoldando a que las cosas fluyeran, y acerca de mi peso, después de chingarme la deliciosa y pecadora cantidad de 28 cabrones en un día en una vacación a Puerto Vallarta, donde el numero total de cabrones en 5 días de vacaciones que visitaron mi trasero fue de 67 vergas sin contar los orales, y pesando la adorable cantidad de 125 kilitos, me hizo pensar en que estar gordo no era impedimento, ese solo estaba en mi cabecita pendeja.
Después de eso y por motivos de salud, tuve que bajar a 95 kilos, en los que me he mantenido desde hace casi 15 años, me desmotivó un poco, por que perdí amantes a la misma velocidad que bajé de peso, así que me tuve que acomodar a otros gustos, y así encontrarle el gusto a los maduros y a algunos flacos que aunque pasaban de mi por estar gordibueno, iba encontrando a quienes así les agradaba.
Esa tarde, me dejé llevar por mis ganas, y aunque en el putero en cuestión me había ido bastante bien, incluso con chavitos que buscaban un madurito que mamara rico y como siempre lo he dicho " a una buena mamada le corresponde una buena cogida", han sido pocas las veces que me he ido en blanco.
Llevo a cuestas la maldición de que al wey que me gusta yo no le gusto, y así sucedió,estuve largo rato tras de un gordito moreno y vergón que desde hacía tiempo se me había antojado, y fue hasta que nos topamos en el cuarto obscuro que se dio, estando yo dentro, el cuate se acercó a mi, sin dejar de tocarse la verga sobre el calzón, yo pensé que como en tantas otras ocasiones el wey iba a pasar de largo, pero esta vez se quedó parado junto a mi, mientras yo miraba a dos flacos coger como conejos, y el calentón que venía con la vista, hasta que sentí su mano en las nalgas, dejé que me toqueteara rico, incluso que metiera la mano dentro de mi bóxer y me recorriera la raya con los dedos, se bajó un poco el frente de su truza, para dejarme ver su verga que tantas veces se me había antojado, el wey estaba bien firmes, así que no me moví de mi sitio, sin ser para nada sutil, solo me tomó por la nuca, llevándome a su verga, y pues, ¿a quien le dan pan que llore?, se la comencé a mamar como los grandes, deseando que el innegable servicio de mi lengua lo convenciera para que me la metiera.
El cabroncito, acostumbrado a ser el punto de atención y a que muchos estuvieran tras el, al fin me dio el chance de gozarlo, se la mamé de la única forma que sé que lo convencería, y el correspondió empujándome la cara hasta el fondo, hasta sentir su verga tocar mi garganta, acompañada de la arcada que viene después, pero el puto no me dejó apartarme, le encantaba como me la comía toda, dedicándome varios " que rico la mamas puto!!","cometela toda cabrón!!" y demás piropos que se prestan en ese momento, mientras se acercaban a nosotros dos o tres, rodeándonos, o mejor dicho, rodeándolo, unos tocándole el pecho, otro más aventado lo comenzó a besar, y el le correspondió el beso, mientras yo estaba de rodillas, sintiendo una que otra verga rozándome la espalda y los hombros, mientras el wey me tenía mamando sin dejar de quitarme la mano de la nuca, para que se la siguiera mamando.
Al mirar hacia arriba, pude ver como se dejaba besar por uno y luego por otro a ambos lados de nosotros, y alcancé a notar a un señor alto, de espaldota ancha, blanco, sabroso, que sin quitarse el bóxer estaba parado junto a nosotros también, un señor maduro, peludito, barbón, en sus cincuentas, que solo nos miraba, o más bien, me miraba mamarle la verga al chavo, mientras ya otro lamía su pecho, y otro lo besaba, y se fue acercando al grupo poco a poco, para recibir un muy ojete aventón del tipo al querer tocarlo, y así uno tras otro lo fueron empujando de forma culera, sin conseguir que nadie se interesara por el, el don solo se hizo a un lado, no sin antes que dejara que le pasara mi mano por el bultazo que escondía bajo el bóxer.
Uno más se puso audaz, y me levantó, mientras el cuate no dejaba que apartara mi boca de su pito, que sin ser tan grande, estaba grueson, el que me levantó, me bajó el bóxer, y después de entregármelo, se pegó a mi por detrás, dejándome sentir su verga en las nalgas, para que el otro cuate se hiciera hacia atrás, separándome de los demás, y así acercarse a los sillones que están dentro del cuarto, el clásico movimiento que es preámbulo a la cogida.
Al fin me pude liberar de la verga del tipo y recuperar un poco el aliento, sin sutileza alguna, me aventó al sillón, para quedar empinado sobre el mueble, con las piernas separadas, esperando su verga, pero no lo hizo, dejó que uno de los chavillos que lo estaban besando lo siguiera cachondeando, mientras yo estaba empinado, viendo como le empezaba a agarrar las nalgas, y sin más se hizo a un lado y también lo colocó de la misma forma, quedando empinado el otro junto a mi, hasta que se lo comenzó a coger, por un momento y con el ego herido, pensé en levantarme y salir, digo, el cabrón se fue con el otro, así que ya no le iba a insistir, y mirando al don, al que nadíe le hacia caso, y estando a punto de levantarme, se acercó a mi, acariciándome la espalda, nunca me tocó las nalgas, solo pasaba su mano recorriendo mi espalda, algo en mi me hizo esperar, imaginando una recompensa que tal vez no iba a tener y mirando al wey al que se la mamé cogerse a otro más, el don se acercó todavía más a mi, y ahora si, dejando que sus dedos se pasearan por mi culo, se puso un poco de saliva en ellos y comenzó a meter un dedo juguetón, sin ser tosco, despacio y lento, hasta que ya fue inevitable que llevara mi mano a su entrepierna, para darme cuenta de que poseía una vergota larga y gruesa, así que me quedé empinado, mientras el se quitaba el bóxer, dejando escapar un animalote delicioso, se subió al mueble para quedar de frente a mi cara sobre el respaldo del sillón, sujetando su verga firme frente a mi cara, neta, escuche un "no mames, que pinche pitote del viejito!" y yo, sabiéndome ganador, no lo iba a dejar ir, así que ni siquiera lo pensé, y comencé a mamar verga, pocas han sido las veces que no me cabe una verga en la boca, y esta era una de ellas, una verga un poco curva, firme y gruesa, que me metí hasta el fondo, dejando que mi garganta y sus espasmos lo apretaran un poco más, llegando hasta sus vellos, sintiendo su pubis en mis labios, que el recibió con un quejido de placer, mientras recorría su pitote con mi lengua, girándola en todas direcciones gozando su verga, la lamí por completo, de arriba a abajo tomándola con la mano, hasta llegar a sus huevotes grandes y pesados, lamiendo, mordiendo el saco que los contenía, el don temblaba de placer, pero se dejaba hacer lo que yo quería, lamí esos huevos y esa verga por un ratote, mientras veía su verga en mi mano, y la enorme parte que no me cabía en ella, una cabeza grande y brillosa, lubricada por su mismo liquido delicioso, que yo lamía con gusto y placer, el don solo me preguntó: -¿la quieres?- ni siquiera lo pensé y le dije que si.
El don se incorporó, mientras yo seguía con las nalgas empinadas apoyado en el sillón, me hizo poner la cara en el asiento, y tal cual " face down, ass up", se puso en cuclillas para chupar mi culo, me dio un lavado de cazuela que yo mismo no habría superado, me dejó ir una lengua ancha y juguetona recorrer todo mi agujero, lamíendo cada pliegue que lo rodea, me lamió los huevos por detrás, dedicándome unas ligeras mordidas en la entrepierna que ya me estaban haciendo volar, no sin dejar de meterme un dedo en el hoyo, hurgándolo de manera deliciosa, ya dilatado, se puso de pie, y ya que tenía ensalivado el culo por su lengua, me la metió, separó un poco más mis piernas para quedar justo a su altura, y así, me la comenzó a dejar ir, despacio, poco a poco, moviéndose despacito, sabiendo que el calibre de su verga no era para nada fácil, y sin poder negar que al entrar me dolió cabrón, pero me aguanté, y dejé que la fuera metiendo más y más, hasta que la tuve por fin hasta el fondo, pude escuchar un comentario: "y si le cabe al pinche gordo?", no hizo caso, ni yo tampoco, el esperó a que me acostumbrara, y ya que lo había logrado, se comenzó a mover más rápido, para esto, algunos mirones de los que estaban viendo al otro cabrón coger, ya nos rodeaban mirando como me cogía, abriéndome las nalgas para que me entrara toda, y yo apretando lo más que podía las nalgas y el culo, para que no le fuera fácil dejarme por otro, su goce era sacármela y meterla de nuevo ya que mi hoyo recuperaba su forma, estaba gozando ese apretón al entrar en mi, hábilmente puso sus dedos dentro de mi culo abierto, abriéndolo mas, para que a la hora de entrar soltarme y dejarla ir toda, ya más rápido y más hondo, restregándome el pubis en las nalgas, y sus huevotes chocando en mi entrepierna, uno de los que se había cogido el otro wey se acercó a manera de quitarlo de mi para que se lo cogiera, pero el don respondió de la misma forma que lo hizo el tipo antes, y sin dejar de cogerme, lo empujó de forma tranquila a un lado, ni modo, recibes lo que das y tras varios intentos, mejor se movió, alguien más que estaba a mi lado me acercó su verga, por instinto, no le correspondí, pero el don se la agarró con la mano, y lo llevó a mi boca, no sin antes decirle: "que te la mame, pero este culo es solo mio!!"
Y tal cual, y ya con permiso, se la mamé al otro cuate, y a otro más que estaba a mi lado, mientras el don ya estaba más prendido, y aunque me la estaba dejando ir ya más duro, estaba gozando con la vista de verme mamar vergas, me comenzó a nalguear rico, primero con una mano, luego con las dos, gozando el apretón que seguía al golpe, y aunque me dolían el culo y las nalgas, yo seguía moviéndome a su ritmo, empujándome hasta que me entrara toda de golpe, quejándome rico, gimiendo por su cogidón, hasta que le apliqué el moverme de arriba a abajo apoyado en mis rodillas y mis piernas tensas, cosa que lo dejó seguirme gozando todavía más, uno de los que estaban a mi lado estaba a punto de terminar, pero el don le pidió que esperara para terminar juntos, me la sacó de la boca y se contuvo, esperando, así que aproveché para mamar al del otro lado, y por consiguiente, llevarlo a punto de terminar, se recorrieron para que se la mamara a otro, y otro más, hasta tenerlos a punto, el don solo exclamó: "ya casi, van!!", y así recibí una primera venida en mi boca, mientras sentía ya más cabrón los empujones del don, que comenzó a venirse dentro de mi, la primera verga fuera y venga la otra, que también terminó, uno más que se pajeaba rico en mi espalda y otro más que esperó a que ordeñara al anterior para terminar también en mi boca y mejillas, el don ni siquiera me la sacó, hasta que se acercó el wey al que se la había mamado primero poniéndose un condón, pero el don, todo un cabrón, lo empujó a un lado, sin dejar que se acercara, mientras yo me sacaba la verga del don con las piernas flojas y el inevitable chorro de mecos escurriendo por mis piernas, el tipo ya no supo que hacer, así que se movió a un lado, el don esperó a que mirara bien, y sin dejarme levantar, lamió todo el semen que me había dejado en el culo, chupando mi culo adolorido y dejándome gozar su lengua de nuevo.
Cogí con el don cuatro veces, las cuatro en una posición diferente, una mejor que otra, me gozó hasta que se cansó, y para ser alguien maduro, el señor gozaba de una increíble condición física mientras a mi me temblaban peor las piernas después de cada metida de verga,escuchamos un nuevo comentario: "no mames, que rico coge el don!!" entre cada palo, nos íbamos al baño a limpiarnos, y ya hecho, nos regresábamos al cuarto obscuro para que me la siguiera metiendo una y otra y otra vez, no sin antes ir bateando a cada uno de los que lo habían bateado, tal como lo habían hecho ellos, y aunque yo pensé que fue su forma de vengarse, el cabrón me cogía cada vez más rico, como para demostrarles que era un maestro, y aunque me dejaba mamar a uno que otro, salia otro comentarío: "pinche gordito, la mama chingón!!" mientras se acercaba a mi oído para decir: "que rico culo tienes, pinche gordito!!", no dejó que nadie más me la metiera, esa noche, y por cinco largas y deliciosas horas, solo fui para el y el para mi.
Dicen que la basura de uno es el tesoro de otro, yo me encontré un cofre lleno de placer, y todos los que lo rechazaron, tuvieron su merecido, ver como me cogía, esa envidia de la mala por el tremendo pito que tenía, y la forma tan magistral en la que me cogió.
Después de las cogidas, nos tomamos unas cervezas mientras platicamos por un rato, de Guadalajara, casado, con hijos, y aún así, y después de otro palo, intercambiamos números para volver a vernos en el mismo sitio dentro de un mes, solo la pandemia nos ha impedido vernos, pero en cuanto esto pase, sé que de nuevo voy a ser solo de el, y si se portan bien, de alguno más, ya les contaré!!....
Enano Perverrrssso
Enero 2021
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