No es el lugar perfecto para encontrar lo que te gusta, y aunque odias
reconocerlo, descubriste hace un tiempo tu gusto por los gordos, nada de carne
de más ni grandes panzas, lo tuyo es algo término medio, un putito pasado de
peso, alguna Michelin en la cintura, y unas nalgas ricas, siendo más selectivo,
un buen culo que te apriete la verga rico y que se deje hacer lo que tu desees,
siempre pensaste que eras un caso raro, con tu tipo de cuerpo podrías tener al
cabrón que quisieras, tienes un buen cuerpo, alguien muy guapo, en el lugar,
abundan los chavitos, chacales, pero en su mayoría y para tu descontento, esos
putos no te llaman la atención, es más, lo has intentado y ni siquiera se te
para, ni pedo, ni drogado, no, no resulta igual, te gustan esas nalguitas
redondas, esas piernas sabrosas recargadas en tus hombros, pero sabes que
tienes un problema, te gusta dominar de más.
Para variar, la horda de putos flacos que no toleras, después de
desnudarte y quedarte solo con tu suspensorio de la suerte, pides y te tomas
una cerveza con calma, enciendes un cigarro y esperas, mientras discretamente
observas a tu alrededor, la mayoría chavos muy jóvenes en un ir y venir de los
cuartos al baño o a la barra, encuentras algunas miradas en ti, es imposible no
caer en cuenta que te miran, uno que otro más audaz se pasa la lengua por los
labios, uno que otro por ahí que se encuentra acompañado susurra discretamente
algo a su acompañante, no haces caso, sigues disfrutando tu cerveza y el humo
del cigarro consigue calmar tu ansiedad, uno más aventado se acerca y te
pregunta si se puede sentar, delgado, guapo, muy afeminado, no, respondes, y el
tipo se va.
Ves pasar a un gordito, guapo, un cachorro de oso, de buena sonrisa, ya
chingué piensas para ti, te es imposible voltear a mirarlo, pero la vista de su
trasero no te gusta, mucha espalda, mucha pierna, pero nada de nalgas, no, no
era él.
Terminas tu cigarro a la par de tu cerveza, no eres cualquier gato, así
que rebelándote a la mala educación de los demás, tiras tu lata en el cesto de
basura, apagas tu cigarro y haces lo mismo con la colilla, te molestan estos
tipos que piensan que un cover te libera de ser educado o limpio.
Caminas hacia el fondo, el lugar tiene varios pasillos, cuartos y
lugares donde esta fauna se divierte, pasas al primer cuarto, el infaltable
cuarto con algunos muebles colocados para cumplir con su función de ser el
lugar donde se va a coger, solo hay dos parejas y uno que otro solitario
jugando con sus vergas, ni siquiera uno solo se acerca a tu gusto, son guapos
algunos, no se puede negar, pero tu buscas otra cosa.
Entra uno más y se acerca a ti, de forma nada sutil, pasa su mano por tu
verga, lo evades, insiste, le quitas la mano, y sales del cuarto, alcanzas a
escuchar un -pinche mono mamón- no haces caso y te diriges a otro de los
cuartos.
Así en uno y otro y otro más, el último es más insoportable, cabrones
cogiendo y mamando sin freno, altos, guapos de buenas vergas y de culos
sensacionales, pero ninguno tiene lo que tu buscas, te quitas como puedes manos
de la verga y de las nalgas, al abrirte paso entre ellos, mientras te
acostumbras a la oscuridad del cuarto, ves al osito que llamó tu atención hace
un rato, empinado en el rincón, recibiendo verga de un flaco que se lo coge por
algunos minutos, para después sacarle la verga y dejarlo empinado para irse
tras de otro flaco que se empina al verlo, el oso te observa y se empina
ofreciéndote su culo, puede ser lo único que tengas hoy, así que te acercas, el
tipo se empina, pero no te gusta así, te acercas, y lo levantas, lo acercas a ti,
y le besas el cuello, el oso se deja hacer, te deja que le recorras el cuello
con la lengua, pero a ti te gusta el juego bien llevado, te gusta fajar, besar,
acariciar, que te la mamen, que se ganen tu verga con una buena lengua, el oso
se acerca a tu oído solo para decirte -métemela!!-...valió madre, se le acabó
el poco encanto, lo dejas así como está, no, tampoco es el, ni pedo, así que te
sales del cuarto.
Regresas a la mesa que tenías cuando llegaste, pasa el mal momento con el
primer trago de cerveza y la calada de cigarro, no quieres que esta sea una de
esas noches en que te coges a un flaco solo para descargar, y sabes que podría
ser, una vez más coger sin ganas, o dejar que algún otro te la mame en el
cuarto obscuro hasta que te vengas y aprovechando la falta de visión, cerrar
los ojos para medio disfrutar y para imaginarte un gordito lindo mamándote
rico.
El lugar está a medias, siguen yendo y viniendo cuates con la verga
parada que acaban de coger, o se los acaban de coger, ves salir a un don ya
maduro enfundado en su arnés cruzado sobre su pecho peludo, caminar desnudo
hacia el baño, sin cubrir su enorme verga chorreando, camina sin pedos en la
cabeza pero no te gustan tan grandes ni tan musculosos, y aunque
tiene buena nalga, te contienes, lo único que podrían tener en común es que les
gusta rudo, pero nada más.
Sigues bebiendo tu cerveza, después de un rato miras pasar de nuevo al
leather hacia los cuartos, si estuviera un poco más joven o más gordo te lo
cogerías sin dudarlo, pero no, tampoco es él.
Hasta que te saca de tus pensamientos ver a un gordito moreno, no muy
alto, un metro setenta tal vez, saluda a los de la barra, se desnuda, lo ves
quitarse el pantalón, y quedarse solo en bóxer y playera, por más que intentas
verle el culo, no lo consigues, solo esperas a que pase para mirarlo, deseando
un culito grande y redondo, hay poca luz, y eso no ayuda para que puedas checar
que tenga lo que tú quieres, un pendejo se acerca a tu mesa para pedirte lumbre
justo cuando el gordito pasa algunas mesas lejos de ti, le das el encendedor al
tipo que se hace wey en una especie de coqueteo pendejo, no lo pelas, solo
volteas para ver a tu gordo, pero no lo consigues, ni siquiera le respondes al
tipo cuando te pregunta si estás solo, te bebes la cerveza de un jalón, y vas
tras él.
Te metes al primer cuarto, lo buscas con la mirada, no está ahí, de
nuevo uno o dos se acercan con tus mismas ansias hacia ti, te sales, y vas al
cuarto al final del pasillo, ves a algunos arrodillados mamando vergas, uno que
otro cogiendo, pero tampoco lo ves, te sales como puedes, y ahora te vas al
tercer cuarto, el enorme cuarto obscuro, escuchas el concierto de gemidos que
se está llevando a cabo, te recorres de nueva cuenta el cuarto, buscando al
gordo, incluso llegas hasta donde está el oso, que sigue empinado esperando que
alguien le meta la verga, al verte llegar de nuevo, se empina ofreciéndote sus
escasas nalgas, no mi cabrón, no eres tú, pasas del oso y te sales ahora para
buscarlo entre los pasillos de los cuartitos privados, con la idea de que acá
si lo vas a encontrar, recorres uno, dos, te encuentras con puertas cerradas y
gemidos ahogados de los que se encuentran dentro cogiendo o dejándose coger,
sales al pasillo del fondo, y lo ves, pero no está solo.
Esto era justo lo que no esperabas, lo ves agarrándole la verga al
leather por encima del suspensorio, aquel, recargado en la pared se deja tocar,
sientes culero cuando ves a tu gordo arrodillarse y sacar esa gran verga del
jockstrap, solo puedes ver como mama, te clavas en su espalda, y alcanzas a
mirar ese culito rico, no tan grande como te gustan, pero bastante aceptable
para tus gustos, como se marcan sus nalgas estirando la tela de su bóxer, sus
piernas que se ven lisas y ricas y que te mueres por recorrer, hasta que se
levanta y deja que el leather se lo lleve a uno de los privados, no alcanzas a
llegar antes de que cierren la puerta.
Mierda! si no hubieras perdido tiempo con el pendejo del cigarro!! o si
no te hubieras recorrido el pinche cuarto obscuro y te hubieras detenido a ver
al oso!!, te hubieras acercado cuando estaba mamando y le hubieras acercado tu
verga para que también te la mamara, chingada madre!!.
Esperas por un momento, parado en la esquina de los pasillos, escuchas
gemidos, unas nalgadas, y deseas que no sea el puto leather el que se lo esté
cogiendo, quieres, deseas ser tú el que le abra el culo, el que lo dilate con
la lengua, quieres ser tú el que le meta el dedo para hacerlo gemir de placer,
quieres ser tú el que se la deje ir toda, quieres ser tú el que le meta su
primera verga de la noche.
Sigues esperando por un largo tiempo mientras sigues pensando y
atormentándote con una y mil pendejadas, pero no los ves salir, puta madre, y
ya quieres mear!!, ni pedo, tendrás que esperar y aguantarte las ganas de ser
el primero, ni pedo, así que te vas en chinga al baño, al llegar, va saliendo
el leather como si nada, pasa junto a ti y te sonrié, como si fuera un pinche
chiste el haberse cogido a tu gordo.
Orinas de prisa, y te vas de nuevo a donde estaba el gordito, al llegar,
el privado donde se metió con el leather está vacío, así que renuevas tu
búsqueda, vas buscando de nuevo por los pasillos, puertas cerradas, uno que otro
cabrón dentro de los cuartos, desnudos, algunos haciéndose chaquetas, otros
sentados con las piernas abiertas mostrando el culo para que se le antoje a
alguno que quiera coger, pero no encuentras a este puto gordo!!
En el último pasillo, que tiene menos luz que los otros, ves a algunos
que no aguantan las ganas coger parados, pasa a través de cuerpos y de tipos
empinados que abren la boca al verte pasar, y en el último de los cuartos
encuentras a tu ángel, lo ves sentado, solo un poco asomado, esperando alguna
verga, todos pasan de él, mejor para ti, si supieran que rico se sienten esas
nalgas, ni siquiera lo imaginan, mejor para ti, así que comienza el juego.
Te acercas, y te paras justo frente a su cuarto que tiene abierta un
poco la puerta, lo observas, ves como levanta la cara para mirarte el también,
pocos segundos después sigue mirando al frente, esperando, así que te comienzas
a tocar, acaricias tu verga, lo nota, dejas que se deleite, pero para que se le
antoje más, metes la mano dentro de tu suspensorio y sigues con las caricias,
tu verga se va parando, esos 21 centímetros de largo y algunos de ancho
comienzan a cobrar vida, observas como de nuevo dirige su mirada hacia ti,
hacia tu verga, y ahora sí, lo miras fijamente, sabes que no se va a poder resistir,
hasta que el gordito se levanta, piensas por un momento que se va a ir, pero
solo es para bajarse el bóxer y quitárselo, lo observas quitarse también la
playera mientras recorres con la vista su cuerpo desnudo, no pasan ni 10
segundos hasta que te toma de la mano para hacerte pasar.
Ni siquiera dejas que cierre la puerta, te acercas a él, no es guapo,
pero tampoco está tan mal, lo abrazas, acercas tu cuerpo al de él, le besas el
cuello, él se deja hacer, le lames el cuello, sientes su cuerpo tenso,
dejándose llevar, dejas ir tus manos a sus nalgas, un culo más o menos grande,
no tan tonificado como quisieras, pero te basta, acercas tu cara a la de él, lo
besas, él te responde, acaricias su cabello, muerdes su cuello, él te sigue
dejando hacer lo que quieras, te agachas un poco para morder sus tetillas,
primero una y luego la otra, levantas uno de sus brazos para lengüetear su axila,
huele rico, lo volteas, y aunque al inclinarse acerca sus nalgas a tu verga, lo
haces esperar, lamiendo su espalda, de la nuca a la cadera, te detienes a
morder una deliciosa llantita que se le forma antes de llegar a sus nalgas, lo
empinas, -ábrete las nalgas!!- le dices, el gordo obedece, abre sus nalgas con
las manos, lo haces que se empine más, ves ese culito redondo y rosadito,
extrañamente cerrado después de que se lo cogiera el leather, y sin que te
importe encontrar el sabor de otra verga, comienzas a lamer su culo, dejas que
tu lengua lo recorra por todos lados, esos pliegues deliciosos alrededor de su
tremendo agujero, el gordo gime, le gusta, - ábrete más!!- le ordenas, de nuevo
te obedece, sujeta sus nalgas con ambas manos, dejándote ver y disfrutar y
lamer ese hoyito rico, jalas con los labios algunos pelitos, le gusta, tiembla,
lo haces de nuevo, lanzas un escupitajo a su deliciosos culo, le pasas la barba
por toda la raya, por el culo, sientes como tiemblan sus piernas, vas de nuevo
más allá, le escupes el culo de nuevo, el gordo esperaba tu lengua, pero ahora
es uno de tus dedos el que lo hace gozar, no lo haces como te gusta, quieres
que se vaya acostumbrando a lo que le espera, así que le metes el dedo solo un
poco, ese ir deslizando el dedo hasta llegar solo un poco adentro, ya llegará
el momento de dejárselo ir de putazo, así que lo haces gozar, metiéndoselo y
sacándolo despacio, sientes como aprieta, así que le metes uno más, primero
despacio, lo dilatas poco a poco, dejas que sienta rico, sientes como ese
hoyito rico se contrae, y sigue apretando, -te gusta??- le preguntas, responde
que si entre jadeos, sabes que quieres más, pero también es momento de probar
su boquita, lo levantas y de nuevo lo acercas hacia ti, lo besas de nuevo, como
si supiera lo que quieres que haga se pone de rodillas frente a ti, liberas tu
verga del suspensorio, lo dejas mirar tu verga enorme, al mirar hacia abajo
encuentras su mirada, lo ves pasar saliva y meterse tu verga en la boca.
El gordito se aplica, mama bastante rico, sientes como se lleva tu verga
hasta el fondo, sientes esa lengua deliciosa recorrer tu verga dentro de su boca,
no puedes negar que te gusta, esa boquita por si sola valió la pena de tanto
estarlo buscando, pero no se te olvida que se la mamó primero al ruco del
suspensorio, así que se la sacas de la boca y le propinas un bofetón!!.
El gordo te mira desconcertado, sin levantarse, te espera, aunque hay
poca luz, distingues como se le llenan de agua los ojos, tomas tu verga y lo
golpeas con ella las mejillas, el espera con la boca abierta, se aguanta,
-sigue mamando!!- le ordenas, no lo duda, te la sigue chupando rico, y hasta se
esmera más, se la mete toda o casi toda, así que le ayudas agarrándolo por los
cabellos y empujándole la cara hasta el fondo, sientes como se ahoga, sientes,
gozas esa arcada que anuncia que tu vergota le llegó a la garganta, pero no lo
sueltas, el puto se quiere zafar, pero lo tomas de los cabellos y lo empujas
más duro, y más cuando se quiere resistir, ni pedo, le tienes que enseñar que
eres tú el que manda, unos cuantos ahogos más y lo dejas sacarte tu verga, lo
miras, y ves su cara y sus ojos con algunas lágrimas, esperas solo un poco, porque
al fin le vas a dar su premio, -ponte en cuatro!!- él te mira extrañado, pero
ya se acabó el momento del faje, no le vas a dar romance, le vas a dar verga,
-vas puto!!- le dices de nuevo, él se empina frente a ti, -ábrete el culo- le
ordenas, -¿ya te cogieron?, le preguntas, el gordito solo responde que no, y no
piensas, actúas, y le propinas una nalgada con las dos manos al mismo tiempo,
por reflejo, se suelta las nalgas y se arquea se queja, te regala un !ay! de
dolor, trata de incorporarse, y lo avientas hacia el frente-¿te dije que te
levantaras?-, no, responde, -ábrete el culo- le ordenas de nuevo, el gordo
tiembla, pero lo hace, -seguro que no me voy a encontrar mecos en ese pinche
culito, cabrón?- le preguntas, de nuevo dice no, le repites la dosis, otra
nalgada, y de nuevo se suelta, así que le explicas como te gusta, -mira
cabróncito, si te vuelves a dejar de abrirte el culo, te voy a dar no una, te voy
a reventar, te voy a dar dos pinches nalgadotas, así que tú dices!!, recibes un
temeroso ok por respuesta, pero quieres que quede claro, esperas a que se
empine y se abra de nuevo, lo miras, te tiene miedo, y eso te gusta, te acercas
el, le escupes el culo, y se la metes poquito, el gordo se queja, así que se la
sacas, esperas un momento, -¿si la aguantas? - le preguntas, creo, responde, no
es la respuesta que esperabas, así que le das de nuevo dos duras palmadas en
las nalgas, el gordo de suelta de nuevo, -¿en qué quedamos?- le dices, así que sin
necesidad de repetírselo, se abre las nalgas, solo para recibir otra nalgada,
solo que esta vez, ya no se suelta las nalgas, se aguanta, pinche gordo, quiere
verga a como dé lugar, pues bueno, es hora de reventarle el culo!!
Te acomodas detrás de él, le escupes de nuevo ese hoyito rico y le preguntas
ahora, -seguro que la aguantas?, el responde que sí, dejas caer un poco de
saliva en tu verga, y se la pones en su agujero rico y calientito, no lo
piensas, te vale madre si le duele, se la metes toda de un jalón, escuchas el
-arggggggh- que te prende de cero a mil, se la quiere sacar pero ya te
aseguraste de que eso no pase agarrándolo por la cintura, lo bueno de que esté
chaparro es que lo puedes sujetar mejor, así que lo detienes con tus brazos en
su cintura, solo sientes como te recibe dentro, ese culo caliente y delicioso,
sientes como tiemblan sus piernas y sus tobillos, así que lo abres más, te
aseguras de que no quede nada de tu verga fuera, el putito ya aguanto lo más
leve, así que le das chance de que se acostumbre al dolor, y lo recompensas
metiéndosela de nuevo de un jalón, gime de nuevo, se queja, y se queja rico, le
duele, pero le encanta, y a ti más, sientes ese culito apretar cada que se la
metes hasta el fondo, vale madre que tenga mecos dentro, y si es así, es el
mejor lubricante que pudieras podido desear, el momento se rompe cuando se
suelta las nalgas para recargar las manos en la pared, así que lo tomas por el
cabello para que le entre toda, y va mejor, porque sus nalguitas aprietan por
dentro y por fuera, lo jalas hacia ti, le hundes toda la verga, lo sientes
rico, sientes como se va aflojando, así que le vas dando una que otra nalgada
rica en ambas nalgas, te prende más ver esas dos manchas rojas en sus nalgas
que marcan tus golpes, mientras sientes ese apretar con cada nalgada, sientes
como le llega hasta el fondo, escuchas ese golpeteo de tu cuerpo contra el de él,
y te deleitas y viajas con sus gemidos, sientes como le duele de verdad, no es
como los otros putos que te has cogido que comienzan a quejarse como si
estuvieran filmando porno, a este pinche gordito le está doliendo de verdad,
pero también la está gozando no ha dejado de moverse, y aunque el puto se ha
querido zafar, la sigue disfrutando.
Te vas cansando, y el gordo también, sientes su sudor en su cuerpo
gordo, tiene mojada la espalda, las piernas, las nalgas, tiene el cabello
mojado por el sudor y tú también, así que es momento de parar un poco, se la
sacas, el puto decía la verdad, se la sacas limpia, lo dejas que se incorpore,
se sienta en uno de los cubos del cuartito, y solo niega con la cabeza,
no le permites que dude, así que le metes tu verga a la boca, no lo duda, y
comienza a mamar de nuevo, el aire dentro del cuarto ya te asfixia, así que
abres la puerta, ves pasar a uno que otro que mira dentro, alguno se detiene a
ver cómo te la mama el gordo, juegas con ellos, al sacársela y en cuanto se
arriman, lo detienes para que veas como lo tomas de los cabellos, que vean como
lo dominas jalándole las greñas y llevándolo a donde tú quieres, lo haces
lamerte los huevos, nada que quieras compartir, así que mejor se mueven, hasta
que llega el don del arnés, el gordo estaba entretenido chupándote los huevos,
y en ese preciso momento, levantó la vista para ver al don, te das cuenta, no
lo hubiera hecho, lo separas solo un poquito de ti, y le das una llamada de
atención al propinarle un bofetón, no tiene por qué ver otra verga que no sea
la tuya, inevitablemente el don se comienza a prender, y se queda parado en la
puerta, dándose cariño, pinche viejillo, también quiere chingarse al gordo!!,
lo sigues mirando, y cuando notas que de nuevo el gordo lo mira, lo
abofeteas, esta última lo aturde un poco, pero solo así va a aprender, hasta
que el don interrumpe la escena -¿me invitas a jugar?, pregunta, -no sé si él
quiera, respondes- el gordo sigue mamando sin levantar la vista, así que se la
sacas de nuevo, y le preguntas ¿como ves?, el gordo mira al don y solo responde
-como tú quieras-, lo tomas de los cabellos y le das otro cachetadón, -te
preguntaron a ti, sí o no?, el gordo responde que sí, así que le das uno más,
le levantas la cara mientras le dices- esa fue por puto!!- vámonos a un cuarto
más grande.
Tomas la ropa del gordo, y sales detrás de él, el don va primero, logran
encontrar un cuarto más grande, se mete primero, tu detrás del gordo, así que
lo empujas dentro, lo ves pararse entre los dos mientras espera a que cierres
la puerta, -¿ya te lo cogiste? te pregunta el don, le respondes que sí, el que
lleva el mando eres tú, así que haces que el gordo se empine y le metes tu
verga a la boca, el don se queda mirándolos, el gordo empinado mamando tu
verga, tiene una de esas bocas deliciosas que saben lo que hacen, y aunque sabe
que tú eres el chingón, se inclina a mamarle el culo a tu gordo, le ordenas que
se abra las nalgas, el puto gordo ya se la sabe, así que te obedece en chinga,
así que te tendrás que ingeniar algo nuevo para prenderte de nuevo, enredas tus
dedos en el cabello del gordo para empujársela toda de nuevo, el jalón hace que
se levante un poco, se la sacas, y le das una palmada en la espalda, -¿te dije
que pararas? le preguntas, el gordo se saca tu verga de la boca y dice
-no-, entonces?, y ahora es el don el que lo nalguea con las dos manos, -tiene
que aprender el puto- dice, mientras continúa chupándole el culo, el gordo
sigue mamando, ahogándose un poco de vez en cuando, pero nada que no remedie un
pinche jalón de greñas, sientes las inevitables ganas de volvérsela a meter, así
que lo levantas, te sientas en una de las bancas, y lo dejas ver toda tu verga
perfecta, -siéntate- le ordenas, el gordo obedece, ya está bien ensalivado su
culo, así que es más fácil, el don espera recargado en la puerta, espera a que
le entre toda, los observa, y se deleita mirando como el gordo sube y baja
flexionando las rodillas, dejándose ir para recibir hasta el último centímetro
de pito, te levantas, para que el gordo quede empinado, el don entiende y se
acerca a tu puto, sin dudar, le mete la verga a la boca, espera un poco, se la
saca de la boca y lo abofetea, mientras le repite tu lección -por puto!!- le
dice, espera de nuevo, y se la mete de nuevo, pones tus dedos en las comisuras
de su boca obligándolo a abrirla más, mientras lo empujas de atrás hacia
adelante, lo tienes completamente ensartado, no hay nada más sensacional que un
culo apretando de dolor, de excitación, sientes esas pinches nalgas gordas
subir y bajar por completo tu verga rica, lo haces sentir cada pinche centímetro
de tu pitote, y también es inevitable el mirar la verga del don, un poco más
chica, pero más gruesa que la tuya, así que le preguntas -¿te lo quieres
chingar? , el don responde que sí, se la sacas al gordo, mitad para ver como se
lo coge el don, y mitad para descansar, el Don acuesta a tu wey boca arriba en
la banca, lo abre de piernas, le escupe el culo y se la deja ir, de nuevo
escuchas ese quejido deliciosos de dolor, y como tú, tampoco lo deja zafarse,
se la mete toda de un jalón, lo hace gritar de dolor, la tiene más gruesa, y se
está chingando a tu funda, se lo coge rico, duro, duro, duro, se escucha rico
como golpetean las nalgas de tu gordo, ves como lo empuja lo más que puede a la
pared doblándolo, el pinche gordo se queja más y más, gime y hasta crees oírlo
llorar, pero valiéndote madre, lo dejas que se lo coja rico, el don te dice
-hace rato nomás me la mamo, no quiso que se la metiera, pero mira ahorita, ya
lo dejaste bien abierto!- -¿está rico el piche gordo, verdad?-, -neta que si-
responde el don, -aprieta chingón!!- los dos platicando a toda madre mientras
el gordito la aguanta adentro, el don se la saca mientras te dice, -vas!!- ni
lo piensas, no se acaba de quitar cuando haces que el gordo te reciba de nuevo
igual, te abres paso entre sus piernas abiertas, que te encargas de abrir más,
haces que le duelan, se las abres lo más que puedes, y lo más que dan, estiras
hasta que le duela, ves ese culito abierto de par en par, ves como rebotan sus
nalguitas en ti, haces que sienta cada choque de tu cuerpo, -aguanta!!- dice el
don, tu esperas, y el don empuja la banca al centro del cuarto, ya te lo puedes
coger, mientras se la mama al don, y así pasa, lo haces mamar rico y sentir tu
verga, sientes como chorrea algo del culo del gordo, pero de nuevo, valiéndote
madre, te importa poco sacarle la mierda, lo que quieres es partirlo en dos,
que sienta dos vergas ricas y grandes, lo que quieres es rellenarlo de mocos,
se los quieres dejar dentro, ya casi sientes que terminas, y el don también,
ninguno de los dos se detiene, los dos gruñen a punto de venirse, tú se lo
detienes al don para que termine en su boca, mientras el don le agarra las
piernas para que termines dentro y para que se trague sus mecos.
El don se asegura de dejarle hasta la última gota de mecos en la boca,
el gordo quiere escupir, ninguno de los dos lo deja, le dan cada uno una
cachetada para que se los trague, y lo haces que se ponga de rodillas para que
lama de tu pito todos tus mecos también, el pinche gordito aprende rápido y
obedece, lo hace, mama y lame las dos vergas, sientes como tiembla, el don sale
primero, con la verga limpia, tú te incorporas, ves a tu gordito de rodillas en
el piso, no puedes negar que hasta te da ternura, valiéndote madre, te
regresas, lo le ayudas a levantarse, le pasas una mano entre las nalgas, y
aunque sientes mojado, le das un beso y una cachetadita de agradecimiento, -te
rifaste chido gordito cabrón!!, te sales y lo dejas ahí.
Te vas al baño, caminas exhibiendo tu verga todavía parada y chorreando
como tantos otros que viste a lo largo de la noche, en el baño, el don se está
limpiando, mientras esperas, no has querido ver tu mano para no sentir el asco
de haberle sacado la mierda, raro, solo sientes mojado, el don te sonríe, te
pregunta si te vas a lavar, miras tu mano de nuevo, -yo pensé que le habíamos
sacado la mierda!!- el don te sonríe de nuevo, -no era eso, es humedad, al
pinche gordito le encantó!!, se mojó cabrón, la humedad no miente, el puto
estaba volando!!- esperas a que el Don salga del baño, sientes un inevitable
deseo de oler tu mano, lo piensas por un momento, te acercas un poco tu mano a
la nariz, te gusta el aroma, lo aspiras con los ojos cerrados, no te lavas esa
mano, conservas ese aroma a sexo, a verga, a culo penetrado, te vas a tu
departamento, y te duermes acercando tu mano a la nariz, quien lo diría?,
encontraste una nueva droga.
Enano perverrrssso
Enero 2021
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