lunes, 29 de junio de 2020

Entre chacales parte 1





Aunque hacía un buen de tiempo que no me paraba por la casita, siempre se me quedó la cosquilla de regresar, la primera vez que fui, hace muchos años, me tuve que ir porque nadie encontraba atractivos mis 120 kilos, y la mayoría, si o es que todos a los que me había acercado, pasaron de mí, en ese entonces me encontraba en una pelea constante debido a mi peso y mi autoestima.

Ya con 95 kilos, peso que he conservado hasta hoy, tengo más suerte, y aunque en algunos lugares tuve la suerte de encontrar personas con el gusto por los gorditos, acá no era el caso.

Ya con los problemas de mi autoestima resueltos, una noche de tantas, se me hizo buena idea regresar, me encontré con un equipo de personas que te reciben con una jeta terrible, realmente no sé por qué pasa esto, y si en algún momento te quieres sentir a gusto y tomarte una chela tranquilamente, no se puede, cero atención, malos modos, en fin, terribles los críos.

Con todo y esto me quedé, y aunque había muchos que se habían dejado los pantalones puestos, decidí quitarme todo, menos el bóxer, para mayor libertad de acción, esa noche pintaba para que se pusiera bastante bien, había en el lugar bastante gente, y entre el ir y venir, recorrí los diferentes lugares que tiene el antro, la sala en el primer piso, subí al espacio donde se puede fumar, recorrí los espacios que tiene el edificio anexo, y bajé al lúgubre calabozo que está en la parte de atrás, muerto de miedo por las leyendas que se saben de ese lugar, pero que nadie sabe si son ciertas.

Al bajar, pude ver la cruz de castigo que tienen en la entrada, y al entrar, a ese cuarto obscuro y pequeño, es indescriptible la sensación que se siente, me imaginé que me iba a encontrar un grupo de gente leather sesionando, castigando a algún chaval con todos los métodos de tortura posible, pero no fue así, solo había un grupito de cuates joteando de lo lindo, con sus infaltables estatuas inertes e inalcanzables a los lados del cuarto, que distinguí al acostumbrarme a la falta de luz o a la que llegaba de repente a los celulares de quienes se encontraban ahí enviando mensajes o respondiendo llamadas absurdas.

Tengo ese lío en particular cuando la gente no respeta los espacios, pero acostumbrado a que todo funcione al revés, lo dejé pasar, no así al sentir como me empujaba por accidente un chavo, vestido únicamente con su pantalón, pero que al igual que yo, no distinguía nada, hasta que chocó contra mí, se disculpó, cosa rara en estos lugares, pero se quedó detrás de mí, para ver que había en ese lugar, pasó un rato, y el cuate seguía detrás mío, al girarme para salir, lo alcancé a ver sonreír gracias a la luz de un celular que alguien encendió. 

Me salí, y me fui a una de las plantas de arriba, y llegué a uno de los espacios que tiene al fondo unos cubículos privados,  y del otro lado, una especie de lugar donde hay varias literas, donde el concierto de gemidos estaba a todo lo que daba, me decidí por el lado de los cubículos, me metí hasta el fondo, me encontré a un gordito moreno que se acercó a mí para besarme, fajamos por un rato, lo dejé agarrarme las nalgas, el me dejó agarrar las suyas, nos metimos mano rico, pero después de un rato, yo quería más, pero el no, así que sin más me dejó ahí para seguir a un flaco que acababa de salir de un privado con la verga parada, me valió madre, así que me quedé ahí, hasta que vi al chico sonriente de nuevo, acariciando su verga sobre el pantalón, recargado en el marco de la puerta de uno de los privados casi frente a mí, mi experiencia anterior me dominó, así que decidí no acercarme, mientras eso sucedía, vi como bateo a varios que pasaban y lo tocaban, pude distinguir más de él, estaba llenito, alto, moreno, macizo, de brazos marcados y algo de pancita, de mirada seria, y cabello negro, pero se veía muy serio, y eso le daba un aire de alguien que no lo iba a pensar para romperme la madre, pero aun así lo seguí observando, pasó alguien más, y recibió la misma negativa de su parte, así que el tipo se salió, solo éramos él y yo ahí, y los que estaban encerrados echando pasión en los privados, ya con más luz, pude ver que solo traía un pants, que marcaba una verga bastante antojable, no pude dejar de mirarlo cuando se encontró con mi escaneo, de nuevo me sonrió, le correspondí, y en eso se bajó un poco el frente del pants, para dejarme ver su verga, entendí que la cosa era conmigo, así que me acerqué a él, pero no demasiado, lo suficiente para agarrarle el fierro con la mano, una verga rica y larga, gruesa y adornada por unos huevotes, sin más, me jaló hacia adentro del privado sin cerrar la puerta, me acerqué a su cara, pero se volteó al intentar besarlo , -ok, entendí, sin romance- así que me hizo bajar a su cintura para mamársela, lo hice sin preámbulos, me metí esa gran verga a la boca, la sentí llegar al fondo de mi garganta, pero él quería más, así que me empujó la cara hasta el fondo para que me entrara más, la aguanté como siempre, y comencé a rodearla con la lengua mientras entraba y salía, -que rico mamas- me dijo, no le respondí y seguí en lo mío, haciéndole una demostración de mis habilidades, que él estaba gozando de lo lindo, me la sacó de la boca para golpearme las mejillas con ella, y no de una forma sutil, si no con fuerza, azotándomela varias veces a cada lado de la cara, esperar un momento y volver a colocarla en mi boca, lo hice y la recibí de nuevo con gusto por un rato, mientras el deshacía de un tirón el nudo de la agujeta de su pants, y se lo bajaba a las rodillas, no traía ropa interior, así que deduje que era solo esto lo que deseaba, y yo se lo estaba dando con gusto.

Y aunque varios curiosos se asomaron a la puerta para ver lo que pasaba dentro, ninguno se quedó, yo tenía la imagen desde abajo de sus ojos cerrados y sus brazos apoyándose en las paredes del privado, recibiendo de mi todo ese placer, hasta que escuché -quieres que te la mame?- yo pendejamente pensé que me lo había dicho a mí, estaba a punto de responder que sí, hasta que al voltear distinguí a otro cuate casi de su complexión, también moreno, solo que más alto, que se sobaba la verga fuera del pantalón recargado en la puerta, mirándonos, creo que ni lo pensó, se metió en chinga para ponerse a su lado, mientras yo seguía chupando sus huevos, le hizo espacio para que se acomodara y me sacó su verga de la boca, tomó el pitote del otro y me lo puso en la boca, sin moverse de su lugar, el otro, era poseedor de una verga larga aunque más delgada, pero recta y cabezona, le hice lo mismo, me la metí hasta la garganta, mientras el primero se colocaba detrás de mí para empujarme la cara y que entrara full, mientras lo comenzaba a besar, lo que no me importaba mientras no me sacaran del juego, así que seguí, me acomodé de rodillas en medio de los dos, mamándoles la verga a ambos, chupándoles los huevos, mamaba una y la otra esperaba ansiosa para entrar en mi boca, así los tuve por un rato largo, hasta que me metí las dos vergas a la boca, abriéndola todo lo que podía, dejándoles sentir todo ese placer y el apretar de las comisuras de mis labios, los dos me miraban excitados, fascinados con mi habilidad para mamar, pero el segundo no aguantó la dinámica, o ya estaba lo suficientemente prendido, así que me ayudó a levantarme, quedando en medio de los dos, este se hizo para el fondo, se quitó el pantalón y los calzones, y los aventó a un lado, mientras yo seguía mamando al primero, sin sacarla de mi boca me fue llevando hacía donde estaba el otro, que me recibió con una nalgada con las dos manos, me bajó el bóxer hasta quitármelo, y lo aventó donde estaba su ropa, se acomodó lo mejor que pudo, regalándome un sonoro escupitajo en el "siempretibio" y lo untó con su verga por mi culo entero y de arriba a abajo, solo levantó un poco la cadera, y me hizo sentarme en su verga, poco a poco, dejó que mi culo se acostumbrara a su pitote, que me iba entrando con dolor, así que me la sacó en varias ocasiones, gozando por la forma en que lo apretaba al entrar, gozando por la forma en que se sentía cada que me la metía -dejásela caer toda- le dijo el primero, y este lo obedeció, me tomó por la cintura y me llevó hacia su cuerpo de un solo empujón, me dolió, pero esta vez no la sacó, al contrario, gozó ese espasmo de dolor, -otra vez- le dijo de nuevo el primero, y así lo hizo, me la saca, y de nuevo de golpe y hasta el fondo, fueron varias veces las que se lo dijo y que aquel lo hizo, hasta que se dejó llevar por su gusto, primero deslizándola lento, luego más rápido, me la metía y la sacaba divertido, un chámacote de 25-28 años cogiéndome de lo lindo, los dos cabrones con sendas sonrisas, como si estuvieran haciendo una travesura, siguió moviéndose y moviéndome rico, para que mi culo se ensanchara, haciendo ochos conmigo sentado en sus piernas, sintiendo su vergota deslizarse en  las paredes internas mientras me tenía agarrado de la cintura, una vez más me hizo recorrer su verga desde la punta y hasta el fondo varias veces, enterrándome sus uñas en los hombros al bajarme, hasta que me hizo agacharme y quedar justo frente al otro para volvérsela a mamar al del pants, lo hice, y así como entraba la verga de uno, la verga del otro salía de mi boca después de encontrar el ritmo de la cogida que me estaba propinando.

Y aunque ya se estaba poniendo ruda la cosa porque el cuate del pants ya me tenía por los cabellos para mamársela toda y sujetándome para no quitarme cuando me la metía hasta la garganta, los estaba gozando, tanto o más que ellos a mí, hasta que fue el del pants el que habló...-híjole gordito... yo no venía a coger, pero de ver se antoja!!- fue lo que dijo, así que esperó a que el otro me la sacara, y se recorrió a donde estaba el que me la metió primero para tomar su lugar, -métesela y sácasela en la entrada del culo, aprieta chingón- le dijo el que me había cogido, pero este no le hizo caso, me la metió directo y sin escalas, de golpe y hasta el fondo, me la dejó ahí, mientras se impulsaba con los pies arriba y abajo, yo sentía su verga en el fondo de mi culo goloso y lo apretaba lo más que podía, y él me la empujaba más y más duro hasta que comencé a gemir de placer, el otro se metió entre nuestras piernas se agachó hacia mí, y comenzó a besarme, restregándome su verga parada en la panza, el que me cogía comenzó a moverse más y más rápido, de arriba a abajo, pero por el espacio le costaba trabajo, así que tomo una de mis piernas y la puso sobre su rodilla, primero una y luego la otra pierna, recargándose más en la pared, y dejando que las piernas y su verga hicieran todo el trabajo de moverme de arriba a abajo, el otro no se movió de en medio, sin decir nada, se acercó más, jugueteando con su verga mientras tenía la otra metida, el de abajo, me hizo echarme hacía atrás, para quedar sobre su pecho, sostenido únicamente por mis manos en las paredes de los lados y las piernas sobre las del otro cabrón,dejando la vista de la verga en mi culo que estaba siendo penetrado y  expuesto...el otro se quedó mirando por un momento, culo expuesto y levantado, era inevitable no pensar lo que vendría, no lo  pensó dos veces y se acercó más, comenzando a picotear mi culo, primero de un lado, luego del otro, poco a poco lo intentó, una, dos, ya para el tercer intento, llegó el momento en que me comenzó a entrar, mis piernas temblaban cabrón, me las levantó un poco, para sostenerme, soltar un escupitajo, esperar a que la saliva escurriera hasta el culo y meterla de nuevo, la humedad de mi culo excitado y la lubricada de saliva hizo más fácil recibir las dos vergas, logramos un delicioso dos romano, el chico del pants se deslizó hacia adelante para acomodarse mejor, ya con más apoyo, el otro cabrón me la metió lo más que pudo, que fue bastante, mientras yo sentía mi culo apretar y expandirse más y apretar las dos vergas, y aunque me dolía cabrón, no me importó, me dejé coger así por un rato largo, hasta que el de abajo se cansó, pero eso no iba a ser todo, así que intercambió su lugar con el segundo, para este momento ya teníamos público en la puerta, así que decidió cerrarla y tenerme solo para ellos dos, nos acomodamos de la misma forma, me puse saliva en el hoyo con los dedos y de nuevo lograron meterme las dos vergas, yo los estaba gozando, quejándome, gimiendo de una forma que si hubiera sido yo el que estaba fuera, me hubiera metido en chinga, y parecía que era lo que estaba pasando, porque varias veces se acercaron a tocar, a sentir con las manos como me entraban ambas vergas -pinche gordito, te encanta la verga, verdad putito??- me dijo el del pants, -es que gime muy rico el puto!!- respondió el otro sin dejar de meterla, ya mi culo se había acostumbrado, así que ambos se movían más duro y más rápido, de repente uno la sacaba para lubricarme con un buen escupitajo y meterla de nuevo, estuvimos así por un ratote, me cogieron por casi 25 minutos, hasta que el del pants empezó a gemir, anunciando que se iba a venir, pero no me la sacó, ni el otro se quitó, yo mucho menos, así que aumentamos la velocidad para lograr que terminara con un gruñido de placer que se escuchó hasta CU.

Cuando terminó, me la sacó, y se recargó en una de las paredes para limpiarse, el otro, también ya cansado, me levantó y me empinó en el asiento donde habían estado ambos, me abrió las nalgas y siguió cogiéndome por otro rato más, hasta que también comenzó a gemir más fuerte y a coger más duro, endulzándome el oído con frases como: -gózala puto, gózala!!-, -empínate más cabroncito, quiero partirte en dos ese pinche culo tragón, cabrón!!-, -verdad que te gusta mi verga putito??-, -ábrete más cabrón, ábrete más esas pinches nalgotas ricas!!- me comenzó a dar de nalgadas y yo a gemir más y más, hasta que por fin terminó, sin sacármela, me sostuvo con su verga dentro hasta que me dejó hasta la última gota de mecos dentro, mientras se dejaba caer en mi espalda mojada por el sudor de ambos.

-Pinche equipazo!!- le dijo el del pants ya vestido, -sí, estuvo chido!!- respondió el otro mientras se limpiaba la verga y los huevos -pinche gordito, aguantas un madral, tienes un culito tragón bien rico!!- me dijo el del pants, yo recuperaba el aliento, y solo le respondí - cuando quieras!, o mejor dicho, cuando quieran!!- se sonrieron, y se salieron ambos del cuarto, me puse el bóxer y cuando salí, se acercó un tipo blanco y alto, nada sutil y me dice -que??, vas a dar chance??- solo lo miré, le dije que más al rato porque me acababan de coger entre dos, el tipo no insistió, y me fui a limpiar al baño, tal vez hubiera podido ser uno más, pero después de la tremenda cogida, no iba a poder aguantar, así que me fui a fumar un cigarro y a beberme una chela para irme, en algún momento vi a estos dos rondar por ahí, ya estaba satisfecho de verga, pero no me quería ir sin terminar también, así que me bebí la cerveza , y me dediqué a buscar una víctima para mí, y la encontré...

Continuará.

Enano Perverrrssso
Enero 2018
  

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