lunes, 11 de mayo de 2020

Abuelito dime tú...



El tiempo me ha hecho "diversificar" mis encuentros, ya no soy el chavito de cuerpo antojable y nalgas firmes, aún me defiendo, pero va pasando el tiempo y la gravedad va haciendo su chamba natural, aun así, también el tiempo me ha hecho darme cuenta de que tengo otros atributos, algún poder superior me dio una boquita que es y ha sido la envidia de muchos y el placer delicioso de otros, y tanto en mis encuentros por estos lares, como por otros rincones, me han hecho merecedor a grandes momentos de sexo delicioso.

 

Esto sucedió el año pasado, para variar en Puerto Vallarta, el mismo sitio, el Spartacus (ya voy a cobrarles regalías a estos cabrones, o mínimo que me otorguen una membresía de a grapa!!) en una de tantas idas al lugar, y como en cualquier otros lugar, hay público para todos los gustos, aunque obviamente abundan los chavos de cuerpo perfecto, osos, alguno que otro nacional, y también mucho señor más allá de los 60, en su mayoría extranjeros en busca de un momento de acción, o de simplemente de un rato de afecto.

 

No tengo ni nunca he tenido lio con los mayorcitos, es más, siempre me ha definido como un "pervertidos de mayores" desde mis 12 añitos que empecé a darle gusto al gusto, y aunque en su mayoría me tocaba hacerla de pasivo con algún madurito caliente, también tuve el chance de aventarme un buen palo con alguno que otro madurito sabrosón que no se quiso quedar con las ganas de probar este puerquecito!!

 

Esa tarde, ya me había aventado mis "primero y diez" wawis en el vapor, una que otra cogidita sabrosa, pero la carne es débil, y el cuerpo es pedinche, y como ya estaba medio abarrotado el cuarto obscuro, ya solo era el desfile de seres míticos, posándole a otros seres inanimados, en una pasarela bastante absurda, de crítica, bufe y pose, así que opté por irme a otro lugar del amplísimo y variado sauna.

 

Para ese momento, ya me había aventado uno que otro palo en el vapor, así que no tenía como que muchas ganas de seguirme deshidratando, aunque esto último no me preocupara mucho, ya que me mantengo hidratadito entre verga y verga con un trago y un cigarro, decidí bajar a la primer planta, donde están los cuartos privados, ya que al final del pasillo, hay una pantalla que reproduce porno eternamente, y donde es bastante sabroso esperar a que se le pare la verga a la víctima para mamársela rico y si el individuo desea más que una mamada, adueñarse de la cama que está ahí mismo para ponerle sabroso, o quedarse empinado mamando y recibiendo verga de alguno que otro calenturiento que se anime a coger un culo complaciente mientras sigue disfrutando el porno.

 

Justo a un lado, hay un cuarto obscuro, dividido en dos, con sus respectivos "glory holes", algunos sencillos, para que el galán del otro lado asome únicamente su verga, como dios manda, y alguno que otro más alargadito, para que sea más fácil empinarse y poner las nalguitas a disposición de quien se encuentre del otro lado.

 

Ya en la sala de video, me topé con dos cuates, uno que me había bateado, y uno más que me ignoró por completo, así que me salí, no sin antes pasar al sanitario, al salir, y mientras me lavaba las manos, vi salir del Glory hole, primero a un cuate y luego a otro, chavillos en sus veintes, riéndose a carcajadas, uno de ellos se metió al baño, y el otro lo esperó afuera, mientras comentaban divertidos que se habían encontrado a sus abuelitos, y entre risa y risa, más burla de parte de los dos que incluyó decirles momias, vejestorios y demás pendejadas, esperé a que se fueran, porque no había visto salir a nadie del cuarto.

 

Entre curiosidad y ganitas de ver que pedo, me metí al Glory, cuya entrada está cubierta de los dos lados de su respectiva cortina negra, entré, y me fui hasta el fondo, y aunque el espacio no está totalmente a obscuras, impone el hecho de caminar sin saber qué es lo que me iba a encontrar.

 

En las aberturas no había nada, así que me asomé por todas y cada una de ellas, y al llegar a la del medio, me topé con la visión de un señor de unos 70, 80 años, con la edad marcada en su cuerpo, de vello cano en el pecho, no sé qué tenían estos idiotas o que esperaban, a mí no se me hizo desagradable ni nada, y así, empinado echándole un ojo al señor, se dio cuenta de que había alguien del otro lado, llevó su mano a su verga, sacudiéndola de arriba a abajo, y no era cualquier cosita, era una verga que aunque flácida, tenía buen tamaño, lo que vi me gustó, así que pues había que jugar, no??

 

Me acerqué a una de las aberturas para mamar, y asomé mi boquita, esperando que el señor se animara, no tuve que esperar mucho, ya que de volada se acercó, y metió su verga en el agujero, y por consiguiente en mi boca ansiosa.

 

Obviamente no tenía ya la capacidad de que se le parara en chinga, así que traté de esmerarme, al principio, sentí su notoria flacidez, pero conforme seguía dándole lo mejor de mi lengua, aquello comenzó a crecer, y a ponerse más gorda de poco a poco, hasta alcanzar un tamaño más que aceptable, así que seguí chupando, iluminado de vez en cuando por algún curioso que se asomaba y corría la cortina sin quedarse, para mí mejor, sin competencia, no hay peligro, pero por lo que pude notar, al señor le estaba fascinando, y eran más constantes las exclamaciones de placer que se escuchaban del otro lado, era lindo sentir sus manos acariciando mi mentón, recibiendo unos lengüetazos pecadores de mi partes, y de vez en cuando separándose del hoyo para detenerse para no terminar.

 

Nos pudimos aventar unos 15 minutos, yo mame y mame, y el señor disfrutando a gusto, hasta que en una de esas, se quita, dándome una palmadita en el mentón, para esto, yo había notado que hablaba con alguien, pero lo atribuí a que era parte del concierto de gemidos al disfrutar mi garganta, y pensé que ya se me había acabado el veinte, así que a punto de incorporarme, se asoma una verga más, está ya paradita, blanca, cabezonzota, y rematada por unos preciosos vellos blancos, solo acomodé de nuevo mi toalla en mis rodillas, y ahí voy, a meterme todo ese delicioso manjar a la boca, aplicándole el mismo tratamiento, y esmerándome para meterla de lleno a mi bocota, girando la lengua por dentro, acariciándola con la misma mientras me llegaba hasta el fondo.

 

Chupe esa segunda verga como si fuera la última, sin olvidar rezarle mentalmente  a "Santa Colorina" para que se animaran a coger conmigo, otros veinte minutos más, alguna que otra quitada repentina para evitar venirse y ya con mis rodillitas  pidiendo tiempo fuera, esperé con la boca asomada, esperando a ver que decidían, cual va siendo mi sorpresa, al recibir en la boca una verga más, que también le pertenecía a otro caballero, también deliciosamente canoso, recta, dura, e igualmente cabezona, un poco curvada, pero que ya estaba firme como en sus años mozos.

 

Para esto, seguían llegando los curiosos, uno que otro corría la cortina de su lado, y después de un momento la volvían a cerrar, y uno más, un flaquito moreno, abrió la cortina de mi lado, aún con su toalla en la cintura, se dejaba notar una verga de buen tamaño, yo seguí mamando ese tercer trozo de carne sin inmutarme, aventándome la "enano special 457586" de levantarme, para quedar empinado, hasta que este cuate se metió de mi lado, cerrando la cortina, acercándose hasta ponerse detrás mío, quedándose ahí, restregándome su verga aún cubierta por la toalla en las nalgas, ni siquiera se la quitó, solo la abrió un poco, y se puso en cuclillas, abriéndome las nalgas para darme un rico lavado de cazuela.

 

Una verga deliciosa en la boca y una lengua magistral lamiéndome el culo, eso es felicidad, y aunque seguía preguntándome en mi mente qué onda con los tres caballeros del otro lado, este condenado flaco se paró, metió un dedo juguetón en mi culo, y tras dejármelo ir por un rato, se quitó la toalla dejándola caer, y dejándome caer también su verga que ya estaba al cien, delgada, pero larga, muy larga, que recibí sin sacarme la verga del caballero del otro lado.

 

Siempre me ha encantado recibir ese tratamiento por ambos lados, así que le eché aún más ganitas, a moverme para disfrutar al flaco, y darle placer oral al señor que seguía sujetando lo poco que alcanzaba de mis cachetotes, para no dejarme separar mi cara del agujero.

 

El flaco no decía nada, solo estaba ocupado metiéndome la verga a gusto, jugueteando con mi pecho, jalándome con un buen ritmo por las caderas, y aplicándome de vez en cuando una que otra nalgada, primero duro y después más despacio, al ser más alto que yo, ayudándome a levantar las nalgas hasta donde estaba su verga, e igualmente iluminados de vez en cuando por la luz que entraba al asomarse alguien más.

 

El tercer caballero estaba a punto de terminar, así que se retiró, sosteniendo de la misma forma que los otros dos su verga con la mano, apretándola para no dejarse ir, mientras ya eran más notables las embestidas del flaco, que estaba fascinado con mi culo, que penetraba sin piedad, ya para esto, yo seguía con la boca dispuesta en el glory esperando a ver que seguía, cuando nuevamente recorren la cortina de nuestro lado, era el tercer señor, observando como el flaco me cogía, sujetando su verga deliciosa con la mano, e invitándonos a pasarnos de su lado, Mi flaco no lo dudó, eran canadienses, el flaco solo preguntó, ¿quieres?, obvio!!, le respondí, -solo no me vayas a dejar a medias, eh cabroncito?, ok, respondí, el flaco me la sacó, corriendo la cortina, mientras yo tomaba mi toalla para pasarnos al otro lado, así lo hicimos, ya ahí, estaban los otros dos señores, el flaco no la hizo de pedo, se la dejó mamar por uno de ellos, mientras el segundo me empinaba para cogerme, y el primero seguía recibiendo mi boca, cambiamos de posición varias veces, el flaco me la volvió a meter, mientras yo empinado se las mamaba a los otros dos, y el último le mamaba el culo al flaco, que primero no quería pero terminó dejándose coger también, los cuatro pasaron por mi culo y por mi boca, llegó un momento en que ya estábamos formados en trenecito, hasta que el señor más mayor terminó sobre mi espalda, y en cuanto se quitó, sin pausa, recibí la verga del siguiente en mi culo, mientras sus manos temblorosas abrían mis nalgas para que no quedara nada afuera hasta que también terminó en mi espalda, acercándose a mi boca para que se la mamara, y así lo hice, recibí su verga recién salida de mi culo en la boca, limpiando con la lengua todos sus deliciosos mecos, el primero no quiso quedarse atrás, así que me aplicó la misma, el tercer caballero con la verga más cabezona la estaba gozando de lo lindo, y le valió madres, siguió cogiéndome hasta terminar dentro de mí, sujetándome por la cintura, hasta perder la erección, me la sacó, y de igual manera que los otros dos, me la puso en la boca, donde terminó, al sacarla, aún erecta, me embarró los mecos de los tres que habían quedado en mi cara en los labios, mi flaco ni se inmutó, siguió cogiéndome, por un largo rato, disfrutándome, teniendo de testigos a mis tres abuelos, observándolo cogerme, ayudándolo a sujetarme por los brazos mientras me la dejaba ir hasta el fondo, hasta que ya no pudo más, me la sacó, y me hizo arrodillarme para recibir sus mocos en la cara, que me barnizó deliciosamente, retorciéndose de lo lindo, y azotando su verga en mis dos mejillas hasta sacudir su verga por completo, dejándome hasta la última gota en la cara.

 

Salimos los cuatro del Glory, ya con las toallas puestas, y mientras bajaba a tomar un regaderazo después de quedar más lleno de engrudo que piñata en diciembre, los perdí de vista, así que subí a la terraza a tomarme un trago y a fumarme un bien merecido cigarro, y de nuevo los encontré, ya en la alberca, a mis tres preciosos caballeros de pelo cano, y a mi flaco, que no estaba nada feo tampoco, me invitaron a unirme a ellos en la alberca, sentado en medio de los canositos, Larry de 72, Geoffrey de 68 y Louis de 60, mientras el flaco, Germán, que era nativo de Vallarta, se dedicó a ligarse a alguien más.

 

Ya tenían que irse en un rato, pidieron varios tragos invitándome también y basta decir que después de brindarme unos deliciosos fajecitos, agarraditas de nalgas , y su consabidas metiditas de dedo por parte de los tres, me recompensaron con unos últimos besotes que ya hubiera querido dar cualquier chamaco baboso, pagaron mi cuenta, despidiéndose de mí, con unas sonrisotas de "a gustooooooooo", me dejaron también a mí una sonrisota de placer al pensar que estos escuincles mecos nunca iban a saber de lo que se perdieron por su estupidez, me sentí Heidi, fue delicioso hacer queso !!

 

Enano perverrrssso

Abril 2020

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

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